jueves, 31 de diciembre de 2015

¡Ponte en marcha!

Francisco Aular
Lectura devocional: Éxodo 14:15-31
Entonces dijo el SEÑOR a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que se pongan en marcha. Éxodo 14:15 (LBA)

En mis años de recién convertido al Evangelio, en las iglesias de mi denominación, teníamos una organización que se reunía todos los domingos por la tarde: La Unión Bautista de Preparación. ¡Allí formábamos a los líderes! Allí me formé yo. Un pensamiento que traía la revista guía de nuestros estudios, me impactó, decía: “Pasaré por esta vida una sola vez. Si hay alguna palabra amable que pueda decir, algún acto de bondad, o cualquier cosa buena que puede hacer por mis semejantes, diga yo esa palabra, haga yo esa acción. Pasaré por esta vida solamente una vez”. Esto es particularmente cierto, si retrospectivamente, miramos al año 2015, el cual estamos despidiendo hoy, a medianoche lo despediremos para siempre, vino y pasó, ya es historia. Las palabras que no dije en el momento preciso, las acciones que no hice a favor de otros, ya son oportunidades perdidas.
Hoy es el último día, el último momento de la presentación de cuentas de lo que hicimos en el año que se nos fue: ¿Cuál es el balance final? Al saber el resultado, sería muy bueno recordar lo que alguien dijo: "El ayer es un cheque cancelado; olvídalo. El mañana es una nota promisoria, no cuentes con ella. Pero la bendición de hoy está presente y es en efectivo, aprovéchala porque no durará". En otras palabras, no vivas en el pasado, no desperdicies el presente, con San Pablo podemos afirmar: …olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante” (Filipenses 3:13, RV60).
En efecto,  frente al nuevo año tenemos que aprovechar el tiempo, no debemos desperdiciar ninguna oportunidad para ser útiles. Como alguien dijo: “el tiempo es un gran maestro para todos nosotros, el único problema es que este maestro acaba con sus discípulos”… Frente al nuevo año y a los años futuros que tendemos por delante con sus minutos y días que se irán desgranando uno tras otro, y cuyo número disminuye implacablemente hasta llegar a cero; ¿cuántos años nos quedan por vivir? No lo sabemos. Lo que si sabemos es lo que nos dice la Palabra: “Nadie puede retener su espíritu y evitar que se marche. Nadie tiene el poder de impedir el día de su muerte. No hay forma de escapar de esa cita obligatoria: esa batalla oscura. Y al enfrentarse con la muerte, la maldad no rescatará al malvado(Eclesiastés 8:8,NTV). La muerte es una realidad inevitable, así como las pruebas que nos vienen en nuestro andar en este viaje que es la vida humana. Así como Israel en su huida de Egipto, cuyo lugar desde donde salían lo tenía detrás, y delante de ellos el desafío del mar,  nosotros tenemos la misma perspectiva: No dejar que el miedo a lo conocido o desconocido nos paralice, y nos robe el presente para siempre. En su búsqueda de dirección Moisés recibió de Dios una orden: “¡Di a los hijo de Israel que se pongan en marcha!”,  nosotros ya conocemos la historia, el pueblo de Israel marchó y cruzó el mar en seco y sus enemigos perecieron, porque Dios no les permitió llegar a la orilla. ¡Dios hace maravillas cuando su Pueblo se pone en marcha!
No niego que en nuestro mundo actual vivamos momentos angustiosos; pensemos un instante en todo aquello que nos perturba: amenazas del terrorismo mundial, tasas de criminalidad aterradora, los fenómenos naturales que nos asedian, los tsunamis financieros que se avecinan, el incremento de la corrupción humana en todos los niveles, todo ello, nos gritan la terrible verdad que nuestro mundo está en llamas.  Ninguna orden divina es tan actual para nosotros en este momento en que contemplamos el primer día del año 2016, que la orden divina: ¡Ponte en marcha!
¡Ponte en marcha!, porque lo mejor está por venir. Muy cerca de nuestra casa están las famosísimas cataratas del Niágara. Por años, yo había hablado y escrito sobre ellas en mis mensajes. Me las había imaginado una y otra vez. La primera vez que las visité estaba lleno de expectación durante el viaje. Llegamos. Su belleza me deslumbró. Me acerqué a la orilla lo más que pude, a aquel sonido singular de sus muchas aguas, y al mirar su caída, parecía que mi emoción subía hasta estallar en un, ¡gloria a Dios! Cerré mis ojos, mientras caían sobre mi cara las gotas con las que la Niágara me daba su bienvenida, en eso exclamé al Señor: ¡Oh Padre, esto es mucho más hermoso de lo que yo me había imaginado! ¡Cuán grande eres!
En esta tierra, nosotros los que vivimos estamos en una peregrinación hacia lo grande y hermoso. ¡No existen palabras para describir lo que el cielo es y será para nosotros! La única razón por la que un cristiano nacido de nuevo, todavía está en esta tierra es para explicarle a los millones que no conocen a JESÚS quien es Él, y lo que Él hizo por nosotros. ¡No existe un desafío más grande que el que tenemos los cristianos en esta hora de anunciar el Evangelio, las buenas nuevas de salvación, a esta generación! Nada puede ser más grande que la cosecha espiritual que estamos a punto de ver en el mundo entero. ¡Vamos por ellos! ¡No podemos fallarle a Dios! ¡No podemos paralizarnos en esta hora crucial para la humanidad! Tenemos que proclamar en todas las formas, en todo lugar y a cualquier precio que: ¡Si hay esperanza en JESÚS! Desde hace muchos años, he tenido un lema al llegar a mi casa cuando el Señor me ha permitido evangelizar y cosechar un alma para Cristo, le digo a mi familia con todo mi corazón lleno de un gozo indescriptible: ¡Uno más para Cristo!
Como alguien que ha dedicado su vida a Dios y está a punto de cumplir 53 años en el Evangelio, siento en lo más íntimo de mi ser, que mi amado JESÚS, mi Señor y Salvador, me dice: “¡Dile a mi pueblo que marche!”. ¡Ponte en marcha! ¡Feliz Año 2016!
Oración:
Amantísimo Padre Celestial:
Tú dices en tu Palabra: “Acabamos nuestros años como un pensamiento…Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría” (Salmo 90:9; 12.) Al finalizar un año y en el umbral de uno nuevo, vengo delante de ti lleno de gratitud y con una súplica en mis labios: ¡Señor pon alas a mi esperanza! ¡Me pongo en marcha para conquistar este nuevo año para ti! En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
No tienes que temer adónde vas ni lo que harás cuando JESÚS te ordene que marches porque Él estará contigo por dondequiera que vayas.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo

miércoles, 30 de diciembre de 2015

Año Nuevo: el paso del tiempo

Francisco Aular
Lectura devocional: Salmo 90
Para ti, mil años son como un día pasajero, tan breves como unas horas de la noche. Salmo 90:4 (NTV)

Estamos a pocas horas de un año nuevo que viene como una página en blanco para llenarla con la historia de cada uno de nosotros. Me lo imagino como los lugares por donde anduve el año pasado caminando en el verano, pero ahora estamos en pleno invierno; anoche, después que nevó se creó un paisaje hermoso y sin huellas, pero, luego, yo camino sobre la nieve, y dejo mis huellas marcadas; así veo este nuevo año. Haremos historia en nuestro pasar por este nuevo año como en los anteriores. ¡Que el Padre nos ayude a cumplir con nuestra misión histórica a la luz de nuestro destino eterno con Él!
Moisés, el autor del salmo 90, compara la vida en la tierra con un día y sus horas, con una vigilia nocturna, con un torrente de aguas; la vida como un sueño, como un suspiro, como la hierba del campo. Moisés nos dice también: “Si las fuerzas nos ayudan podemos vivir setenta años, y aun llegar a los ochenta; pero no tiene sentido que vivamos tanto tiempo: esa vida de angustias y problemas pasa pronto, lo mismo que nosotros.” (Salmo 90:10, LBLA). Dios le dio a Moisés la bendición de vivir mucho más tiempo de lo que él mismo había pensado: “Era Moisés de edad de ciento veinte años cuando murió; sus ojos nunca se oscurecieron, ni perdió su vigor” (Josué 34:7, RV60).
Ciertamente, este tiempo nuestro “bíos”, que se mueve entre los extremos de la cuna y la tumba, pasa como el vuelo del águila. Nada existe tan fantástico ni tan irreal como el tiempo, el cual nos despierta a los manantiales de la vida y luego como dijo el poeta, “nos precipita a los ríos, que finalmente van a dar a la mar que es el morir…”.
En mi oficina de trabajo, en el templo de la iglesia que alquilamos, también alquilan a una guardería infantil y a una organización de ancianos entre los setenta y noventa años, de esta manera paso varias horas del día entre la alegría de los cantos infantiles y los cánticos nostálgicos de los ancianitos. Unos aprenden a vivir y los otros aprenden a morir. Es inevitable el paso del tiempo.
Andersen, el de los cuentos infantiles, decía que el tiempo pasa de tal forma que si no recordamos a Dios en nuestra juventud, puede que seamos incapaces de encontrarlo en nuestra vejez. En todo caso, para encontrarnos con Dios, siempre estamos a tiempo. Y ahora, cuando todavía puede usted encontrase con Dios, en estos últimos dás del año, ¿por qué no lo hace? Justamente, tuve el privilegio de encontrarme con Dios en mi juventud, y este año estaré cumpliendo 53 años en mi andar con JESÚS. ¡Esto lo digo con mucha humildad, no jactancia! Todavía me lleno de gozo al recordar aquellos primeros días de convertido con una nueva visión y pasión: ¡Hacer de mi andar con el SEÑOR la prioridad de mi vida! Cuando acepté el regalo de la Vida Eterna, obviamente, la Vida que nunca se acabará en JESÚS, le hice caso a Él y a sus palabras, cuando nos dice: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6, RV60). No intente en estos días, cuando en la cristiandad nacida de nuevo celebramos a JESÚS, desviarse con otras distracciones que el mundo nos ofrece. Justamente, JESÚS vino del cielo a la tierra para decirnos que el tiempo de Dios para la salvación del ser humano había llegado: “El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio” (Marcos 1:15, RV60), desde entonces, la tumba no es el final para el que tiene a JESÚS viviendo en él por el poder del Espíritu Santo (Apocalipsis 3:20). El mismo que engendró a JESÚS en el vientre de una virgen, el Espíritu Santo, es capaz de salvarnos y llevarnos a Dios a través de JESÚS, después de esta vida, porque, así lo afirmó el Hijo de Dios cuando dijo: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto vivirá” (Juan 11:25, RV60) ¿Quiere usted poseer esta vida también? Si usted necesita ayuda espiritual, escríbame a la dirección que está en el encabezamiento de este devocional. Entonces, digamos como Moisés: “Enséñanos a entender la brevedad de la vida,  para que crezcamos en sabiduría” (Salmo 90:12, NTV). De esta manera, como millones que hoy vivimos, no tendrá temor ante el paso del tiempo y decir: ¡Feliz Año Nuevo!
Oración:
Padre eterno:
¡Bendito sea tu Nombre por tu plan y el propósito que tienes en mente para el ser humano! Ayúdame a proclamar que hay esperanza en Aquel que nació en una cuna de paja para que nosotros viviéramos en el castillo de Su reino eterno. ¡Esta es la Navidad! En el Nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría. (Salmo 90:12,RV60)
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?

martes, 29 de diciembre de 2015

Plegaria de fin de año

Francisco Aular
Lectura devocional: Salmo 90      
Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría. Salmo 90:12 (RV60)

Padre eterno: Al finalizar este año y frente el Año Nuevo, vengo delante de ti en espíritu de adoración, reconociéndome como un humilde instrumento en tus santas manos y estoy aquí de paso y debo contar mis días:
Enséñame a buscarte cada día en tu Santa Palabra, la Biblia. Ayúdame a mantenerme delante de ti por medio de la comunión contigo a través de la oración.
Enséñame que absolutamente todo en el cielo y en la tierra, la visible e invisible, comenzó en tu Mente.
Enséñame a responder la pregunta sin titubeos ¿Para qué estoy aquí en la tierra?
Enséñame que se trata de conocerte a ti por el nuevo nacimiento y luego crecer hasta tu plenitud.
Enséñame que fui planeado para agradarte porque mi destino final es vivir contigo para siempre.
Enséñame que fui hecho para ser parte de tu familia, tu Iglesia, la cual es el campo de entrenamiento en esta vida para la verdadera vida que nos espera al salir de aquí.
Enséñame que fui creado para ser como JESÚS y que como Él me corresponde vivir en medio de problemas, pruebas, dificultades, y vivir y morir “porque de Él, y por Él, y para Él, son todas las cosas. A Él sea la gloria por los siglos. Amén” (Romanos 11:36).
Enséñame que me has dado talentos, dones como habilidades espirituales para servirte a ti, a tu pueblo y a tus criaturas en general.
Enséñame que fui hecho para una misión: Ayudar a alcanzar a este mundo con el mensaje de tu Evangelio y de la salvación que nos ofrece como un regalo en JESÚS.
Enséñame que la felicidad no es algo que se alcanza sino que se vive, es disfrutar ahora lo que en tu gracia me has dado.
Enséñame a realizar el trabajo que me has dado con gozo en mi corazón y hacerlo como para ti, y no para los demás seres humanos.
Enséñame a enfrentar las pruebas para que los músculos de mi fe se fortalezcan.
Enséñame que tu reino no es ni será de este mundo, y a ocuparme en tus negocios que es dar vida al muerto, oído al sordo, vista al ciego, libertad al cautivo y buenas nuevas al pecador.
Enséñame que el arrebatamiento de tu Iglesia, está cerca, y que lamentarse es mirar hacia atrás, preocuparse es mirar alrededor, pero la esperanza mira hacia ti y el fabuloso mañana que nos espera.
Enséñame a amar como tú amaste desde el principio hasta el final y subir la cuesta del Calvario: “sin reservas, sin retiradas, sin lamentos”.
Enséñame a mostrar tu paz en donde la guerra se asoma; dar amor en donde el odio reina; a perdonar y pedir perdón y cerrar con ello, las raíces de amargura; a levantarme cuando caiga; ser la esperanza cuando todo se haya perdido; ser la alegría cuando la tristeza como un manto negro llegue; ser sal y la sazón en un mundo desabrido; ser la chispa de fe en medio de las dudas, y ser luz en medio de las sombras.
Enséñame que la verdadera sabiduría espiritual, es no buscar ser servido sino servir; buscar ser amado sino amar; ser consultado sino consultar; ser tomado en cuenta sino estar allí sin otra intención que ser útil; que no busque la alabanza sino alabar a otros; ser ante todo, un constructor de puentes y no de muros.
Enséñame a tener por ti, un corazón apasionado en lo que soy y lo que hago, y con un grito de alabanza terminar esta carrera con gozo.
Enséñame a ser ejemplo constante y dinámico frente a mi familia y mantener en todo momento este desafío: “Pero en cuanto a mí y a mi familia, nosotros serviremos al Señor.” (Josué 24:15, NTV).
Oración:
Padre eterno: Reconozco en esta hora que tú has estado a mi lado desde que fui concebido, cuando yo llegué tú estabas allí; y también sé que estarás conmigo, sonriéndome cuando yo salga porque escucharé tu voz, la misma voz que hizo todo, si es tu voluntad: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor” (Mateo 25:21 RV60).
Oro en el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Un Nuevo Año es una nueva oportunidad que Dios nos da para hacer la diferencia en este mundo. ¡Feliz Año Nuevo!
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?

lunes, 28 de diciembre de 2015

Como un viaje

Francisco Aular
Lectura devocional: Hebreos 13:1-6
“No te desampararé, ni te dejaré.” Hebreos 13:5 RV60

El fin de un año y comienzo de otro nos enseña esta verdad: La vida del cristiano nacido de nuevo, es como un viaje en tren hacia nuestro verdadero hogar, con sus paradas, sus estaciones, sus paisajes, y los otros pasajeros, mis compañeros de ruta. El tren simplemente va por los rieles hasta el final. El pasajero es el que hace los cambios. En ese tren la vida humana se nos da como un regalo. Me siento agradecido a Dios por ese regalo que me puso en el mundo por medio del nacimiento; Dios usó a mis padres para ponerme aquí, sin embargo: “El ser humano sólo puede reproducir la vida humana, pero la vida espiritual nace del Espíritu Santo” (Juan 3:6; NTV). Así que en este viaje hacia nuestro verdadero hogar en el cielo es indispensable nacer otra vez, porque el nacimiento humano nos coloca en la tierra, y el espiritual nos lleva al cielo. Ambos nacimientos son regalos que Dios nos ha dado. Así que, podemos decir que el primer nacimiento es terrenal y el segundo proviene del cielo. El primero es temporal, ya que ningún ser humano por poderoso o sabio que sea es indestructible; la muerte es inevitable: “Todos llegamos al final de nuestra vida tal como estábamos el día que nacimos: desnudos y con las manos vacías. No podemos llevarnos las riquezas al morir” (Eclesiastés 5:15; NTV).
Un anciano, al cual estaba evangelizando, me dijo en tono lastimero: “¡Ah, si yo pudiera volver a nacer!…”, entonces, le respondí, lleno de gozo: ”Amigo, le tengo las mejores noticias que usted haya oído en toda su larga vida: ¡Sí puede volver a nacer! ¡JESÚS bajó del cielo con esa gran noticia para todos nosotros los pecadores!.” Y desde aquel momento, el anciano nació de nuevo, lo discipulé y se hizo miembro de la iglesia; vivió los pocos años de vida espiritual como un nuevo hombre, hasta que llegó al final de su viaje en esta tierra y pasó a su verdadero hogar en el cielo. En efecto, JESÚS dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6).
Ahora bien, estamos al final del año 2015, así se cumple una etapa de nuestro viaje, sin embargo, si todavía no has nacido de nuevo, no tienes vida eterna en JESÚS. Lo más importante es que en esta hora de reflexión en la que hemos repasado la historia de la Navidad, cuando JESÚS adoptó la vida temporal por 33 años y, como todo ser humano, murió, siendo que Él mismo es la vida eterna, pero, al tercer día resucitó, y desde entonces, la muerte temporal es absorbida por la vida eterna, y por ello, JESÚS y sólo Él es nuestra esperanza de resurrección. JESÚS nos da la vida temporal para que nosotros podamos tener la vida eterna. ¡Gracias Dios mío por tu plan de salvación y rescate para el ser humano!
Un asunto que tenemos claro en Las Escrituras es que nadie irá al cielo obligado. Es triste que celebremos los días de este mes sin la presencia de Él en nosotros y en la fiesta. Para invitarlo a nuestras vidas es necesario nacer de nuevo, y esto lo logramos al arrepentirnos, de manera individual, de nuestro pecado de orgullo y desobediencia; al pedirle perdón por nuestros pecados e invitarlo a ser nuestro Señor y Salvador. JESÚS te dice: “¡Mira! Yo estoy a la puerta y llamo. Si oyes mi voz y abres la puerta, yo entraré y cenaremos juntos como amigos” (Apocalipsis 3:20). ¡Dios por su gracia infinita quiera una relación de amor y amistad contigo! Si esto quieres hacer al leer esta meditación, repite la siguiente oración,
Oración:
Amado JESÚS, tú dijiste: “el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”, en obediencia a tu Palabra, en esta hora yo me arrepiento del pecado que me separa de ti, te pido el perdón de mis pecados, y te ofrezco con humildad y fe mi corazón para que vengas y mores en mí. Hoy nazco de nuevo. Hazme como uno de tus hijos. ¡Gracias SEÑOR por oír esta oración y salvarme! Amén.
Si has hecho esta oración en forma sincera, escríbeme porque tengo una literatura para ayudarte en tu crecimiento espiritual, y con mucho gusto te la hago llegar. Ahora, sí: ¡Feliz Año Nuevo con JESÚS en tu corazón y en tu viaje!
Perla de hoy
No viajes solo…JESÚS vino a buscarnos porque quieres ser nuestro Compañero de viaje hasta nuestro hogar celestial. ¡El cielo no es cielo sin el ser humano!
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?

jueves, 24 de diciembre de 2015

JESÚS: la Clave de la Navidad

Mis amados todos en todas partes:
La esperanza cristiana tiene su asidero y al mismo tiempo levanta el vuelo desde el hoy hasta el mañana por la Encarnación y nacimiento de JESÚS. El mundo está esperándonos para que lo contagiemos con nuestra esperanza cristiana en esta Navidad y en el Año Nuevo. Desde lo más profundo de mi ser, les doy las gracias a todos ustedes mis perlistas amados que han estado conmigo, acompañándome con sus oraciones. Que, tal y como los voceros que salían cada cincuenta años a pregonar el año agradable de Dios, cuando toda deuda era cancelada, cada prisionero era liberado y la tierra tenía reposo, nosotros seamos pregoneros, y más, misioneros de la Palabra de Dios.
¡Feliz Navidad y un Año Nuevo pleno de Buena Noticia en todo el mundo!
Siempre en marcha hacia un mundo mejor, con mucho afecto,
pastor y amigo,
Francisco Aular
Lectura devocional: Lucas 4:16-21
“El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos,  a pregonar el año del favor del Señor.” (Lucas 4:18,19; NVI)

Le preguntamos al maestro de música cubana Roberto Linares Brown -miembro de nuestra iglesia, aquí en Toronto-: ¿En qué consiste la clave de la música afrocubana?, y él nos responde: “La clave son las claves, un instrumento idiófonos (del griego: significa "sonido propio"), de percusión que marca el ritmo como “llave” o patrón a partir del cual se derivan sistemas rítmicos que constituyen diversos géneros populares o folclóricos de la música cubana.” Muy bien y ¿esto qué significa? Y rápidamente concluye, “sin la clave cubana es imposible interpretar una pieza de música tropical”. Eso nos dio la idea para la siguiente meditación: ¡JESÚS: La Clave de la Navidad!, sin Él no hay Navidad, y si Él no hubiera nacido, nosotros estuviéramos eternamente separados de Dios, por lo tanto, JESÚS es la Razón de la Navidad. Y para decirlo en términos de la música tropical: Es la Clave de la Navidad. ¿Por qué JESÚS es la clave de la Navidad? Veamos:
JESÚS es la Clave de la Navidad porque Él y solo Él es Dios en medio nuestro: “Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS” (Lucas 1:31; RV60); “… la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel que significa «Dios con nosotros” (Mateo 1:23; NTV). ¡JESÚS o EMANUEL es preexistente! ¡Él es antes de que el mundo existiera!, en efecto, la Biblia enseña que JESÚS de Nazaret, el Carpintero de Galilea es el Creador del universo, sí, ¡JESÚS es el mismo Dios Todopoderoso!, sin Él no hay salvación,  y no tendríamos la vida “zoé”. ¡En una Navidad vino del cielo para salvarnos de nuestros pecados y llevarnos allá!
JESÚS es la Clave de la Navidad porque Él y solo Él es la Buena Noticia para el ser humano pecador: El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres... JESÚS es la Segunda Persona de la Trinidad, el Hijo de Dios Padre y Dios Espíritu Santo. La religión ha hecho todo lo posible para llevarnos a Dios, pero no ha podido, necesitamos nacer de nuevo; las religiones solamente hacen remiendo nuevo en paños viejos. En JESÚS tenemos la respuesta de Dios al pecado humano; Dios vino para evitarnos intermediarios, y ahora podemos hablar con Él cara a cara porque, objetivamente, Él está el cielo intercediendo por nosotros, y, subjetivamente, vive en nosotros para darnos la victoria cada día en esta tierra: Hace mucho tiempo, Dios habló muchas veces y de diversas maneras a nuestros antepasados por medio de los profetas. Y ahora, en estos últimos días, nos ha hablado por medio de su Hijo. Dios le prometió todo al Hijo como herencia y, mediante el Hijo, creó el universo. El Hijo irradia la gloria de Dios y expresa el carácter mismo de Dios, y sostiene todo con el gran poder de su palabra. Después de habernos limpiado de nuestros pecados, se sentó en el lugar de honor, a la derecha del majestuoso Dios en el cielo” (Hebreos 1:1-3; NTV).
JESÚS es la Clave de Navidad porque en Él y solo en Él hay libertad y salvación: Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos… En el principio, nos dice la Biblia que el Creador nombró mayordomo (administrador) al ser humano: “Luego Dios los bendijo con las siguientes palabras: «Sean fructíferos y multiplíquense. Llenen la tierra y gobiernen sobre ella. Reinen sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que corren por el suelo»” (Génesis 1:28; NTV), sin embargo, un personaje siniestro llamado Satanás, enredó a nuestros primeros padres, los engañó, porque esa es la especialidad de él, y les robó la administración de este mundo, y desde ese día todos los seres humanos no nacemos bajo la libertad del Paraíso de Dios, sino bajo la esclavitud de Satanás, el cual tiene a la humanos “muertos en sus delitos y pecados” (Efesios 2:1,2); los seres humanos estamos completamente ciegos sin Cristo: “en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios” (2 Corintios 4:4). ¿Qué hacemos con un muerto?, ¡o le damos vida o lo enterramos! JESÚS es la vida eterna y vino para darnos vida: “Yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10b); ¿qué hacemos con un ciego? Es maravilloso que podamos quitarle la venda y hacer que vea, eso es lo que hace JESÚS exactamente cuando viene a nuestras vidas: Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos…
JESÚS es la Clave de la Navidad porque Él y solo Él rompió las cadenas de nuestra condenación: …a poner en libertad a los oprimidos... La Biblia dice:Así es, un solo pecado de Adán trae condenación para todos, pero un solo acto de justicia de Cristo trae una relación correcta con Dios y vida nueva para todos” (Romanos 5:18; NTV), ¡JESÚS se hizo hombre! Se encarnó, esto es lo que llamamos la Natividad o Navidad del SEÑOR, ¡JESÚS es el Verbo de Dios, la Palabra de Dios! Como lo enfatiza uno de sus discípulos: “Entonces la Palabra se hizo hombre y vino a vivir entre nosotros. Estaba lleno de fidelidad y amor inagotable. Y hemos visto su gloria, la gloria del único Hijo del Padre” (Juan 1:14; NTV).
JESÚS: Es la Clave de la Navidad porque Él y solo Él es el Regalo de Dios para los pecadores: a pregonar el año del favor del Señor.” Ciertamente, ¡cuán Buena Noticia nos trajo JESÚS al venir y morir por nuestros pecados!, pagó el precio delante del Padre y nos compró un lugar en el cielo, y ahora nos lo ofrece como un Regalo, por eso, pudo decir lo que está vigente hoy: “…Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6; RV60). Pasé muchos años de mi niñez y primera juventud pensando en ser lo suficientemente bueno para merecer ir al cielo, pero un día comprendí que Dios me lo ofrecía como un Regalo en JESÚS:Pues la paga que deja el pecado es la muerte, pero el regalo que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor” (Romanos 6:23; NTV).
¿Qué es Navidad? Es ternura ante el pasado, valor ante el presente, esperanza para el futuro. Es el deseo ferviente de que cada copa rebose con bendiciones ricas y eternas, y que todos los senderos conduzcan a la paz.” Agnes M. Pharo.
¡Solo JESÚS es la Clave de la Navidad para llevarnos al Padre, quien lleno de buena voluntad nos espera!
Oración:
Amado Padre Celestial:
¡Gracias a tu misericordia y justicia hoy llevo dentro de mí a JESÚS, el Personaje central de toda la Biblia! Llevo con JESÚS, el gozo, la fe, la esperanza, la paz y el amor. ¡Bendito y alabado sea tu Nombre para siempre! Amén.
Perla de hoy:
La Persona Clave de la Navidad es “Emanuel”, Dios con nosotros y en nosotros, si lo hemos recibido en nuestra vida. Él vino a buscarnos porque el cielo no es cielo sin el ser humano redimido.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento por obedecer?
¿Existe un pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?

miércoles, 23 de diciembre de 2015

JESÚS: la Luz en medio del paganismo

Francisco Aular
Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada. Miqueas 4:2 (RV60)

El Cristianismo surge y vive en medio del paganismo reinante- algunos sinónimos del paganismo son incredulidad, herejía, impiedad, escepticismo e idolatría-que es el sistema religioso que impera en el mundo; así será hasta el final de los tiempos, tiempos que la Biblia llama el juicio a la gran ramera (Apocalipsis 17). La palabra prostitución es usada en la Biblia para hablar de la desobediencia al Dios verdadero y de la adoración a dioses falsos; a este sistema se le llama Babilonia y será juzgado entre los juicios que Dios hará al final de la gran tribulación, como lo señala Apocalipsis en el capítulo dieciocho.
¿Qué podemos hacer cuando llegamos a una cultura en donde reina el paganismo se adora a otros dioses y se hacen prácticas sociales o religiosas diferentes a las nuestras?, ¿nos plegamos a ese tipo de celebraciones o no? Respondemos a estas interrogantes diciendo que, el cristiano debe  examinar a la luz de la Palabra de Dios tales costumbres: ¿las prohíbe la Biblia?, ¿son neutrales?, o sea, ni buenas ni malas; ¿apoyaría la Biblia esa prácticas culturales? Obviamente, el cristiano apoyará aquellas prácticas del paganismo que no contradigan la Palabra de Dios.
Pues bien, está probado que el origen de la celebración del 25 de diciembre es pagano. Su trasfondo habría que buscarlo en las prácticas de aquellos pueblos paganos del pasado. En efecto, en la mitología egipcia se dice que Horo, el hijo de la diosa Isis, nació un 25 de diciembre. Igualmente se sabe que había una tribu de la Arabia antigua que solía tributar culto divino a la Luna celebraba el 25 de diciembre como día del “nacimiento del señor”. Roma por su parte, solía consagrar grandes solemnidades religiosas al dios Saturno, esposo de Cibeles, esto, durante los últimos días de diciembre. Pero cuando JESÚS nace, lo hace en medio de la oscuridad del paganismo, Él es la Luz del mundo.
Me imagino que los primeros cristianos, una vez que conocían al Señor JESÚS, se preguntaban, ¿cómo podemos celebrar estos días? Ellos decidieron aprovechar esos días de fiesta, que culminaban precisamente el 25 de diciembre, para reunirse y adorar con todo gozo al Hijo de Dios,  y empezaron a celebrar a JESÚS. Lo sabemos tanto por la historia cristiana como por la secular, que el cristianismo se enfrentó sin armas y sin violencia a un mundo que lo atacó sin piedad; centenas de miles murieron en el camino, como actualmente también está ocurriendo ante la ceguera de los tan nombrados derechos humanos promovido por las Naciones Unidas, sin embargo, el Cristianismo sigue adelante. Entonces, en aquel Imperio Romano que había perseguido cruelmente a los cristianos, el Cristianismo se constituyó en el siglo IV en religión oficial en todo el Imperio. Y el  25 de diciembre quedó consagrado el día de conmemorar el nacimiento de JESÚS. Esta celebración se hizo ley y ha llegado hasta nosotros.
Debo señalar que siempre ha estado en marcha un movimiento para eliminar la Navidad como celebración, en lo que denominamos, el mundo occidental. Se ha aprobado por ley en algunos parlamentos democráticos, que no se diga “feliz Navidad”, “sino felices fiestas”, para respetar los derechos de los que no creen en JESÚS. Lamentablemente entre los enemigos de la Navidad hay muchos cristianos legalistas, sectas heréticas que se unen al ateísmo, y otras religiones que imperan en el paganismo actual, además del consumismo. Es claro afirmar, Biblia en mano, que celebrar o no la Navidad, no añadirá ni quitará a la Salvación provista por la Providencia: Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo.” (Colosenses 2:16, RV60) ¡La Salvación es confiar únicamente en JESÚS, Él es el Regalo de Dios para nosotros los pecadores, por ello afirmamos, el cielo es el Regalo de Dios! (Juan 3:16).
Por mi parte, creo que los cristianos nacidos de nuevo, debemos celebrar el Nacimiento de JESÚS tal y como lo dijo el profeta Isaías: y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada. Lo celebraremos con gozo, con nuestra familia humana y con nuestra familia espiritual; estos son días para tomar la Biblia y compartir nuevamente la noticia más hermosa en toda la historia de la humanidad, ¡Dios está con nosotros! Esta es la verdadera razón de la Navidad; esta historia no me cansaré de contar y cantar, porque: “El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombras muerte, luz resplandeció sobre ellos” (Isaías 9:2, RV60). JESÚS y sólo Él, brilla y brillará para siempre como el Verdadero Sol de Justicia, Él es la Luz en medio del paganismo reinante.
Oración:
Gloria, gloria sea a ti Padre eterno,  ¡por enviarnos el Regalo de la Salvación en JESÚS!
Perla de hoy:
Frente a un mundo en oscuridad pagana, hagamos que brille la Luz del Sol de Justicia: JESÚS.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento por obedecer?
¿Existe un pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?

martes, 22 de diciembre de 2015

Una canción inmortal

Francisco Aular
faular@hotmail.com       
Lectura devocional Lucas 2:1-20
Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón. Lucas 2:7 (RV60)

A mediados de un caluroso mes de julio, un miércoles por la noche, al iniciar el servicio de oración, sorprendí a la congregación preguntándole cuál era su himno favorito de nuestro himnario, y a quién le gustaría que lo cantáramos en esta oportunidad; sin pensarlo mucho, la mano de un niño de ocho años se alzó primero que la de los demás; era Pedrito, y desde su asiento, al lado de su madre, dijo a voz en cuello: “¡Pastor el número 58!”… Conociendo la secuencia numérica y los énfasis del himnario, pensé: “¡Ese es un himno de Navidad!”… Cuando algunos de la congregación se dieron cuenta comenzaron a sonreír. Era evidente que para aquel niño, la Navidad no era asunto de temporada como lo es para los mayores, así que invité amablemente a la congregación a que se pusiera de pie; la pianista empezó a tocar y cantamos aquel bello himno navideño en pleno verano…, pero, les digo algo, pocas veces uno se conmueve tanto al cantar como lo hicimos aquella noche; algunos de los integrantes del coro de la iglesia estaban allí y por eso lo entonamos a cuatro voces la inmortal canción: “Noche de Paz”.
La historia de este precioso himno tuvo su inicio la noche del 24 de diciembre de 1818 en el pueblecito Hallein, en los Alpes austríacos, cuando al joven sacerdote José Mohr, leyendo el relato evangélico para su sermón, le vino la inspiración repentina y compuso el poema; al día siguiente, Día de Navidad, el músico de la parroquia Francisco Javier Gruber le puso la melodía. Así que en aquella tarde navideña, el párroco y el maestro cantaron por primera vez aquella canción, allí en la capilla. ¡Aquellos dos hombres estaban muy lejos de saber que en pocos años esa melodía iba sonar con categoría de himno inmortal en todo el mundo! Los niños del pueblo al escuchar la nueva canción se acercaron, y si algo natural poseían los habitantes en todo aquel extenso valle de Zillertal en el Tirol austríaco, eran buenas voces, así que el maestro empezó a ensayar con ellos inmediatamente  la canción a cuatro voces. En aquel tiempo se consideraba que el único instrumento digno para los himnos en las iglesias era el órgano, pero este instrumento se había dañado. Sin embargo, los cantores no se detuvieron y resignadamente ensayaron con lo único que disponían: sus voces y una guitarra que Francisco Javier tocaba muy bien; él dijo: “Después de todo, Dios nos oirá con órgano o sin él”, así, el coro de niños estrenó la canción el domingo después de Navidad.
Pues bien, entre aquellos niños, se encontraban los hermanitos Strasser: Carolina, José, Andrea y la pequeña Amalia. En el pueblo se decía de ellos: “Esos Strasser…, parecen unos ruiseñores”. Al año siguiente, aquellos niños fueron invitados a un concurso de cantos navideños en donde estarían el rey y la reina de Sajonia. Desde luego que estaban muy nerviosos, así que cuando les llegó su turno, lo primero que cantaron fue Noche de Paz. Cuando terminaron, los oyentes, sobrecogidos y emocionados, guardaron silencio, pero los reyes rompieron el protocolo, se pusieron de pie y empezaron a aplaudir. Lo demás es historia, aquella sencilla melodía dejó de ser un villancico para volverse himno, y ahora es para el mundo cristiano y, aun, para el profano: Una canción inmortal.
¡Cantémosla nosotros también!
                    I
¡Noche de paz, noche de amor!
Todo duerme en derredor,
Entre los astros que esparcen su luz
Bella, anunciando al niñito JESÚS,
Brilla la estrella de paz,
Brilla la estrella de paz.
                 II
¡Noche de paz, noche de amor!
Oye humilde al fiel pastor,
Coros celestes que anuncian salud,
Gracias y glorias en gran plenitud,
Por nuestro buen Redentor,
Por nuestro buen Redentor.
                III
¡Noche de paz, noche de amor!
Ved que bello resplandor
Luce en el rostro de niño JESÚS
En el pesebre, del mundo la luz,
Astro de eterno fulgor,
Astro de eterno fulgor.[1]
Oración:
SEÑOR JESÚS:
A ti que viniste a Belén a nacer, y que sangre y vida diste por mí, te consagro de nuevo mi ser. Tal como soy mísero y pecador, me entrego a ti, ¡recíbeme, SEÑOR!, y por favor, que nunca me canse de proclamarte. Haz de mi vida también, una canción inmortal para tu honra y gloria. Amén.
Perla de hoy:
Si lo único que tienes como regalo para JESÚS es el poema de tu vida, dáselo y Él hará de ti una canción inmortal.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento por obedecer?
¿Existe un pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?

[1].  Himnario de Alabanza Evangélica, #58. El Paso, Texas: EMH, 1997

lunes, 21 de diciembre de 2015

Navidad: el Regalo de Dios

Francisco Aular
Lectura devocional: 2 Corintios 9:8-15
¡Gracias a Dios por este don que es tan maravilloso que no puede describirse con palabras! 2 Corintios 9:15 (NTV)

Navidad es una fecha grata, no sólo para el creyente, que gracias a la Palabra de Dios ha entendido las profecías sobre el nacimiento de JESÚS; pero también estos son días que tocan los corazones de los indiferentes. Navidad, es la  celebración del dar con liberalidad, como Dios lo hizo, al darnos a su amado Hijo, como un “don” o Regalo, en otras palabras como Dios, dio, doy. Es más, en esta época navideña aun los corazones y los bolsillos cerrados se abren un poco; por esta fechas nada más aquí, en esta enorme ciudad en donde vivo, y gracias a la cultura del dar de sus ciudadanos, las organizaciones que recogen comida, ropa y dinero, como el banco de comidas de la ciudad, el Ejercito de Salvación y los hospitales, comparten el informe de que a pesar de la situación financiera actual, los habitantes de la ciudad se han acordado de los menos favorecidos, y los recursos han llegado. Aunque el mundo no lo entienda en el aspecto espiritual, y pese que vivimos en una sociedad postcristiana, es innegable que la tradición cristiana le ha dado ese carácter generoso y distintivo a las -fiestas de estos días, según ellos- porque celebramos la Natividad del Señor JESÚS, lo que San Pablo llamaba: “don maravilloso que no podemos describir con palabras” (2 Corintios 9:15, Lo más importante es el amor).
En realidad, los dones de Dios, sus regalos para todos nosotros, están a la vista, y todos los días disfrutamos de ellos, la vida, la luz, el aire, el agua, el planeta completo… Los seres humanos consideran que estos regalos son tan admirables e indispensables que hacen congresos mundiales para ver cómo podemos seguir conservándolos y disfrutándolos. Sin embargo, comparados estos dones con el Regalo de Dios en JESÚS, no se pueden igualar porque ese Regalo es “tan maravilloso que no lo podemos describir con palabras”.
Efectivamente, aquella noche de la primera Navidad se cumplió lo dicho por el ángel a José en sueño: “María (…) darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 2:20,21, NVI). De manera que la salvación del pecador es el  Regalo de Dios en JESÚS; es iniciativa de Dios a favor del ser humano pecador desde antes de la creación misma; es la expresión de su amor extremo por nosotros:Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16 RV60).
¡JESÚS es el Regalo de Dios para que “todo aquel que en él cree, no se pierda”! Por ello, nunca olvidaré el día en el que descubrí que la salvación es la obra de Dios solo a favor del ser humano pecador. Ciertamente, abriendo la Biblia, lo veía claro: la salvación es el Regalo de Dios que me ofrece a través de depositar toda mi confianza y fe en la obra que JESÚS hizo en la cruz del Calvario, obviamente, pero debo decirlo: ¡Sin Navidad no hay Calvario! Porque lo que no nace, ni crece, ni muere. Esto lo comprendí porque el Espíritu Santo, abrió mi entendimiento, y le creí a la Palabra de Dios. Como consecuencia en aquel día, me arrepentí de mis pecados, y ¡nací de nuevo! Hecho que ocurrió en mi vida, hace cincuenta y tres años, extendí mi mano y recibí el maravilloso Regalo de Dios, la Vida Eterna y como dice San Juan: “Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida”  (1 Juan 5:11:12 RV60). Por esta razón, ¡yo sí, celebro en estos días!
La verdad es esta, frente a un regalo que se nos ofrece podemos hacer dos cosas, aceptarlo o ignorarlo y rechazarlo. San Pablo, al igual que todos los pecadores redimidos por la sangre de JESÚS, refleja la situacion y la pequeñez de todo ser humano pecador delante de Dios, de esta manera:  “¡Soy un pobre desgraciado! ¿Quién me libertará de esta vida dominada por el pecado y la muerte? ¡Gracias a Dios! La respuesta está en Jesucristo nuestro Señor.” (Romanos 7:24, 25ª, NTV) En efecto, el Apóstol había aceptado el don de Dios, y por eso, ante la grandeza del amor de Dios y su Regalo en JESUS, exclamó: ¡Gracias a Dios por este don que es tan maravilloso que no puede describirse con palabras! 2 Corintios 9:15 (NTV)
En otras palabras, Navidad: es el Regalo de Dios.
Oración:
¡Gracias Padre por ese Regalo que no merezco ni mereceré nunca! ¡Gracias Señor por ese gran Regalo de tu amado Hijo para nosotros y por nosotros! Me postro delante de ti, en el Nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Bajo el árbol de la vida Dios te puso el Regalo, acéptalo, ábrelo y disfrútalo para siempre.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún  mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?