miércoles, 30 de septiembre de 2015

A pesar de todo

Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: Habacuc 3:12-19
Con todo yo me alegraré en el SEÑOR, me regocijaré en el Dios de mi salvación. Habacuc 3:18 (La Biblia de las Américas)
Vivimos tiempos difíciles y no podemos ser indiferentes, tarde o temprano nos tocará a nosotros sufrir también.
¿Qué vamos hacer cuando por todas partes vemos sólo pleitos, peleas, violencia y destrucción?
¿Qué vamos a hacer cuando vemos que los malvados maltratan a los buenos y por todas partes hacen injusticias? ¿Qué vamos a hacer cuando nuestros valores familiares son pisoteados y se da mal ejemplos a nuestros niños, precisamente por aquellos que debieran ser modelos para ellos?
¿Qué vamos a hacer cuando los poderosos se lanzan sobres sus enemigos como el águila sobre su presa?
¿Qué vamos a hacer cuando no existe respeto por las autoridades establecidas por Dios debido a que esas autoridades no respetan a los otros y se burlan de los demás, de los que están en eminencia en los distintos sectores de la sociedad?
¿Qué vamos a hacer cuando sentimos que los malos vienen contra nosotros como un huracán que llega, golpea y se va, pero son culpables de un gran pecado, no tienen más dios que su fuerza?
¿Cómo vamos a poder enfrentar la vanidad de los orgullosos que son como la muerte que siempre quiere más; son como la tumba que nunca está satisfecha?
¿Qué vamos a hacer cuando le pedimos con gritos a nuestro Dios que nos salve pero Él pareciera que no nos escucha y nuestras oraciones no pasan del techo?
Todas estas interrogantes estaban en el corazón del profeta Habacuc (alrededor del año 600 a.C.), cuando escribió el libro que lleva su nombre. Este libro nos presenta la agonía del profeta ante el sufrimiento del ser humano y la paciencia de Dios, quien no actúa tan rápido como el profeta quisiera. Dios le responde al profeta diciéndole que todos esos que los gobiernan y los mantienen esclavos, algún día les rendirán cuenta; y por fin, el profeta, encuentra la paz y hace su oración inmortal: Cuando yo escucho todo esto, me tiemblan los labios y todo el cuerpo; siento que mis huesos se desmoronan, y el que suelo se hunde bajo mis pies. Pero yo espero con paciencia el día en que castigarás a los que ahora nos atacan. Aunque no den higos las higueras, ni den uvas las viñas ni aceitunas los olivos; aunque no haya en nuestros campos nada que cosechar; aunque no tengamos vacas ni ovejas, siempre te alabaré con alegría porque tú eres mi salvador. Dios mío tú me das fuerzas; me das la rapidez de un venado y me pones en lugares altos. (Habacuc 3:16-19, NTV).
Por encima de las circunstancias que nos dominan -y no podemos esconder la cabeza en un hoyo-, el cristiano nacido de nuevo es realista, sabe que la solución es divina y no humana, por ello, descansa completamente en Dios, mientras lleno de ánimo asume su misión histórica a la luz de su destino eterno: Dios es paciente y no quiere que ninguno se pierda, así que se lanza a la conquista de los hombres y mujeres para su Señor y Salvador JESÚS, a pesar de todo.
Oración:
¡Dios mío! A pesar de todo nuestros pecados y errores, yo sé bien que los seres humanos somos parte de tu plan eterno de unirnos como una familia bajo el dominio y poder de tu amado Hijo, eso me llena de gozo y por eso tiemblo en tu presencia; si te enojas contra mi, no dejes de tenerme compasión, tu grandeza ilumina los cielos; y la tierra entera algún día te alabará en el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Saca provecho a la situación de hoy proclamando el futuro glorioso que nos espera mañana.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?

martes, 29 de septiembre de 2015

Pan y circo

Francisco Aular
Lectura devocional: 2 Tesalonicenses 3:6-13
El que se esfuerza en su trabajo tiene comida en abundancia, pero el que persigue fantasías no tiene sentido común. Proverbios 12:11 (NTV) Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. 2 Tesalonicenses 3:10b (RV60)

Dicen algunos historiadores que en los primeros siglos de nuestra era, los emperadores romanos en medio de la gran necesidad y situación de pobreza del pueblo, inventaron un sistema para mantener a las multitudes entretenidas, ellos lo llamaron pan y circo, de acuerdo a Wikipedia, “Panem et circenses, es decir, pan y circo; es una locución latina peyorativa, que en la actualidad describe la práctica de un gobierno para mantener tranquila a la población, ocultar hechos controvertidos y permite proveer a las masas de alimento y entretenimiento de baja calidad y con criterios asistencialistas”.
Viendo el panorama del mundo actual, podemos decir que ese mismo grito atravesó los siglos y nuestra generación está conformándose con lo mismo, la limosna de los gobiernos. Esto nos dice que la humanidad ha cambiado muy poco, le encanta cambiar el sistema de trabajo que lo lleva a la abundancia por la diversión pasajera que se les ofrezca para mantenerse en la dependencia y la pobreza. Así los pobres son siempre necesarios para justificar la asistencia pública. Pan para no morirse de hambre, en vez de un trabajo que dignifica, y circo para distraerse en vez de la obra duradera de la educación. El proverbista en el versículo de hoy, lo escribe en forma de poema en hebreo, pero ese mensaje nos llega todavía: El que se esfuerza en su trabajo tiene comida en abundancia, pero el que persigue fantasías no tiene sentido común. El principio es universal y por aquel mismo tiempo, el filósofo chino Confucio, dijo: “Dale a un hombre un pescado y comerá un solo día; enséñalo a pescar y comerá todos los días de su vida”.
Por otra parte, la Biblia enseña que a JESÚS, al inicio de su ministerio, Satanás lo tentó con sus promesas de pan y circo que le habían dado muy buen resultado con nuestros primeros padres, Adán y Eva, pero el Hijo de Dios le respondió: “No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4:4; RV60). Sin duda que Dios sabe que tenemos necesidades fundamentales como el comer y el beber, pero, “¿no es la vida más que el alimento?”, exclamó JESÚS en  sus enseñanzas al respecto (Mateo 6:25), alimentar nuestra alma y espíritu con la Palabra de Dios es prioritario, y poder decir  como el profeta Jeremías: “Cuando se presentaban tus palabras, yo las comía; tus palabras eran para mí el gozo y la alegría de mi corazón …” (15:16; LBLA). ¡Esta es la comida que no perece!
Pues bien, en cuanto al “circo” que el mundo nos ofrece, el ser humano de hoy es distraído por la diversión en las cosas de esta vida y la indiferencia ante el llamado de Dios y su Palabra. Por una parte, la publicidad le vende la mentira de que estará en este mundo para siempre, por lo tanto, la muerte es algo que se disfraza y no se menciona; indiferente sobre cuál será su destino después de esta vida, se sumerge en la fantasía de las diversiones, estrategia que maneja Satanás para mantener al ser humano en esta triste condición: muerto espiritual (Efesios 2:1,2); ciego de mente (2 Corintios 4:4); encadenado por el diablo (2 Timoteo 2:26); bajo el poder del maligno (1 Juan 5:19), por ello, la admonición de Pablo a su amado discípulo Timoteo también deben ser para nosotros: No pierdas el tiempo discutiendo sobre ideas mundanas y cuentos de viejas. En lugar de eso, entrénate para la sumisión a Dios. «El entrenamiento físico es bueno, pero entrenarse en la sumisión a Dios es mucho mejor, porque promete beneficios en esta vida y en la vida que viene» (1 Timoteo 4:7,8). Del mismo modo, hay que hacerle caso a Salomón que definió todo lo que se hace debajo el sol como “vanidad de vanidades”, y por ello escribió: El que se esfuerza en su trabajo tiene comida en abundancia, pero el que persigue fantasías no tiene sentido común. Proverbios 12:11 (NTV) Poniendo en práctica ese consejo, nos ayudará a no sucumbir, como otros, que caen bajo la trampa de ¡pan y circo!
Oración:
Padre Celestial:
Hoy resuelvo llenar mi vida con tu Palabra, de modo que sus verdades me eleven a ti. Bien sé que solo JESÚS tiene palabra de vida; Él es mi pan; ¡Él es la fuente que calma mi sed de ti! SEÑOR, ayúdame a divertirme con la alegría tuya, con tu gozo santo y a contagiar a otros con tu amor, fe y esperanza. En el nombre de JESÚS. Amen.
Perla de hoy:
No te distraigas con la trampa de pan y circo que te da comida por un día, pero te esclaviza toda la vida. ¡Sé libre!
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo? 

lunes, 28 de septiembre de 2015

¿Quién me sostiene?

Francisco Aular
Lectura devocional Isaías 41:8-13
No tengas miedo, porque yo estoy contigo;
    no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te daré fuerzas y te ayudaré;
    te sostendré con mi mano derecha victoriosa. Isaías 41:10 (NTV)

Cuando llegué a la iglesia, hace 50 años, a menudo los himnos que cantábamos, hablaban con claridad la verdad de que la vida cristiana, no es un refugio para cobardes, sino una cruz para valientes; es una batalla contra el mundo, el demonio y la carne. Algunas personas que estaban allí cuando yo llegué, procedían de España; por ellos, me enteré de primera mano que ser cristianos evangélico en esa nación europea se pagaba caro, en la escuela, en el trabajo, en las calles y sobre todo en el ejército. Públicamente, no se podía predicar el Evangelio y mucho menos cargar una Biblia en las manos para ir al templo, los domingos. El estado y la religión unieron sus fuerzas para impedir el avance del protestantismo. Sin embargo, el valiente pueblo evangélico español, siguió avanzando hasta hacerse respetar dentro de la sociedad moderna.
¿Qué ocurría cuando alguien venía al Evangelio y nacía de nuevo? Allí en España, muchas a veces a puerta cerrada, los hermanos encontraban alivio en la Palabra, en las predicaciones, las oraciones y en los himnos. ¡Ah que himnos tan hermosos esos himnos españoles surgidos en medio de aquellas injusticias! Por el contrario, en aquella época de mi conversión, en mi país, no se perseguía a nadie por la fe, pero la discriminación por ser evangélico, estaba allí, algunas veces soterradas y en otras con burlas y críticas. No obstante, el pueblo evangélico venezolano era respetado y hasta admirado en algunos sectores de la sociedad.
En lo particular, mi iglesia me nutrió con las enseñanzas de la Palabra, las predicaciones de mi amado pastor, las oraciones y los sabios consejos de los que llevaban muchos años en el Evangelio. Así que cantábamos un himno cuyo coro, dice así:
La lucha sigue, oh cristianos,
Y brazo a brazo lucharéis;
En Jesucristo seguid confiando,
Y por la fe en el venceréis;
La lucha sigue, oh, cristianos,
Sed fieles y en Jesús confiad;
La lucha siempre, seguid hermanos,
Y la victoria esperad.
(Luchando estáis NHP, #209, CBP,1973)
¡Qué gran verdad dice el himno! “La lucha sigue, oh cristianos”…Y mientras más fiel le sea al Señor, más lucha vendrá:Es cierto, y todo el que quiera vivir una vida de sumisión a Dios en Cristo Jesús sufrirá persecución.” (2 Timoteo 3:12 NTV). En efecto, los especialistas en derechos humanos y otros voceros, dentro de las denominaciones, nos dicen que cada cinco minutos un cristiano muere por su fe en países de tradición musulmana tanto en el medio oriente como en países africanos. Así vemos que estos cristianos de hoy como los de ayer, se enfrentar a una lucha sin tregua contra los peligros de afuera, y sin duda también, una lucha espiritual decisiva dentro de sí mismos con el pecado, con Satanás, la carne y con el miedo al martirio. Sé que en esos terribles momentos, el auxilio de la Palabra de Dios, viene a ellos: “No tengas miedo, porque yo estoy contigo;
    no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te daré fuerzas y te ayudaré;
    te sostendré con mi mano derecha victoriosa.” Isaías 41:10 (NTV)
Por mi parte y como ser humano que soy, enfrento mis luchas y batallas, pero sé que no estoy solo. A mi lado están otros amados cristianos nacidos de nuevo que como yo, enfrentamos sin tregua la batalla de la fe, la esperanza y el amor. ¡Todavía estamos aquí en esta tierra para dar a conocer el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo a mayor número posible de los que serán salvos! Nuestras armas en esta lucha, son espirituales: “Usamos las armas poderosas de Dios, no las del mundo, para derribar las fortalezas del razonamiento humano y para destruir argumentos falsos.” (2 Corintios 10:4 NTV) ¡Esta es una batalla espiritual y nos vestimos con la armadura de Dios!: “Pues no luchamos contra enemigos de carne y hueso, sino contra gobernadores malignos y autoridades del mundo invisible, contra fuerzas poderosas de este mundo tenebroso y contra espíritus malignos de los lugares celestiales.” (Efesios 6:12 NTV)
Puede ser que a veces me distraiga y pierda de vista momentáneamente el horizonte y el glorioso mañana que me espera al final de mis luchas. En esos momentos recuerdo al levita Jahaziel, inspirado por el Espíritu Santo, le dijo a su rey Josafat y al ejército, ante la presencia de sus enemigos, y antes de la batalla: “¡Escuchen habitantes de Judá y de Jerusalén! ¡Escuche, rey Josafat! Esto dice el Señor: “¡No tengan miedo! No se desalienten por este poderoso ejército, porque la batalla no es de ustedes sino de Dios.” (2 Crónicas 20:15 NTV) ¡Y ciertamente, aquel día, el ejercito de Señor obtuvo la victoria profetizada! ¡Nosotros también libramos nuestras batallas pero la guerra está ganada por la muerte y resurrección del Señor JESÚS!
No niego que la vida humana es un continuo batallar desde que nacemos hasta que nos vamos de aquí. Tampoco niego el hecho de que la vida cristiana consiste en llevar la cruz bajo la poderosa mano de Dios. Sea que seamos cristianos o no de todos modos, moriremos. ¡Si hemos nacido de nuevo, la vida verdadera habita en este cuerpo que se marchita en este invierno pero al salir de aquí, seremos libres, en la eterna primavera que nos espera! Por lo tanto a la pregunta ¿quién nos sostiene? Respondemos: No tengas miedo, porque yo estoy contigo;
    no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te daré fuerzas y te ayudaré;
    te sostendré con mi mano derecha victoriosa. Isaías 41:10 (NTV)
Oración:
Padre eterno:
¡Gracias Señor por tu presencia constante en esta vida! Gracias porque estás aquí en el ahora, en el más acá; y estarás conmigo mañana, en el más allá. ¡Señor que yo pueda decir al final de mis días como tu Apóstol. “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.” (2 Timoteo 4:7). En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
La vida cristiana no es un refugio para cobardes; sino una cruz para valientes.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento por obedecer?
¿Existe un pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo? 

viernes, 25 de septiembre de 2015

Biblia y oración

Francisco Aular
Lectura devocional: Juan 15:1-10      
Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pueden pedir lo que quieran, ¡y les será concedido! Juan 15:7(Dios habla hoy)

La hermana Lola de Dámaso, mi difunta suegra, no la agarraba un amanecer sin estar con su Biblia y en oración, ambas, como compañeras de viaje para el día. Tengo su vieja Biblia delante de mí, y está subrayada desde el Génesis hasta el Apocalipsis. La leyó completa varias veces en su vida; tenía la costumbre de marcarla por la sencilla razón de que para ella, la Biblia era su libro de oración. Conocí a mi suegra por más de cuarenta años, y su servicio favorito era el culto de oración. ¡Imposible decir lo que Dios hizo en muchos de nosotros por sus oraciones!
Igualmente, otro hombre de oración que conocí fue el hermano Jesús Bolívar; se convirtió al Señor en mi último año de pastorado en la Iglesia Bautista El Buen Pastor de Maracay en Venezuela. Era un hombre sencillo y estaba al comienzo de su sexta década de vida,  y como yo salía a la evangelización de la patria, se me acercó, y me dijo: “Pastor, quiero acompañarlo en su ministerio con mi Biblia y con mis oraciones”, y así fue. Juntos viajamos y oramos por aquellos lugares en donde no había obra cristiana; hoy cuando escucho que en esos lugares existen iglesias, sé que el Padre respondió a su clamor. El hermano Bolívar se levantaba muy temprano, leía un pasaje de la Escritura a viva voz, y luego se arrodillaba hasta el amanecer. Nunca nos acostábamos sin que él me dijera: “Hermano, busquemos la sabiduría espiritual para mañana”, y yo sabía lo que eso significaba, leer la Biblia y orar. Como resultado de su vida de oración, palpé muy de cerca lo que Dios es capaz de hacer con un hombre sin preparación académica de ningún tipo, y que nunca pisó la puerta de un Seminario Teológico, a no ser que fuera para acompañarme cuando yo impartía clases.
La oración es un acto de la voluntad que no requiere de ningún título, pero el hermano Bolívar pisaba el terreno del Lugar Santísimo por la Palabra y la oración, como lo dice la Biblia: Así que, amados hermanos, podemos entrar con valentía en el Lugar Santísimo del cielo por causa de la sangre de Jesús. Por su muerte, Jesús abrió un nuevo camino -un camino que da vida- a través de la cortina al Lugar Santísimo. Ya que tenemos un gran Sumo Sacerdote que gobierna la casa de Dios, entremos directamente a la presencia de Dios con corazón sincero y con plena confianza en él. Pues nuestra conciencia culpable ha sido rociada con la sangre de Cristo a fin de purificarnos, y nuestro cuerpo ha sido lavado con agua pura” (Hebreos 10:19-22. Nueva traducción viviente). ¡Solamente en el cielo sabremos todo lo que Dios hizo por las oraciones del recordado hermano Jesús Bolívar, él hombre de la Biblia y la oración!
Biblia y oración van juntas, como el cerebro y el corazón, como el espíritu, el alma y el cuerpo. Es imposible separarlos. En efecto, la Palabra de Dios es la plataforma de lanzamiento, y la oración su compañera inseparable para una adoración eficaz:Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza: instrúyanse y aconséjense unos a otros con toda sabiduría; canten salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón” (Colosenses 3:16 NVI).
Oración:
¡Gracias Padre Celestial por dejarnos la revelación de tu Persona en tu bendita Palabra! Como dijo tu siervo David, tu Palabra es como la miel para mi boca. Me gozo más en ella que en las muchas riquezas, y bienaventurados los que guardan sus testimonios y con el corazón te buscan. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Dios nos dejó su Libro y la oración, pero depende de nosotros, que Él haga su obra por medio nuestro.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo? 

jueves, 24 de septiembre de 2015

La oración, mi compañera de viaje

Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: Salmo 102
SEÑOR, ¡oye mi oración!  ¡Escucha mi ruego! Escuchará las oraciones de los desposeídos;  no rechazará sus ruegos. (Salmo 102:1,17 NTV)

Hoy haré a la oración mi compañera de viaje, porque: ¿Cuál ser humano en un momento de desastre y de angustia no ha invocado al Señor? ¿Quién de nosotros no ha clamado a Dios cuando se ha visto frente a un peligro, la muerte, o un misterio sin solución aparente? ¿Acaso, Dios ha puesto eternidad en el corazón del ser humano y por eso instintivamente, mira hacia arriba, cuando aquí abajo no hay respuestas? ¿No es nuestro clamor el grito del alma y del espíritu, una muestra de que hemos nacido para Dios y no podemos descansar en otro que no sea Él? ¿Es la oración un diálogo entre dos personas que se aman mutuamente o un monólogo sin sentido? ¿Cuál otro desafío del Eterno es comparable a éste?: “Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces” (Jeremías 33:3 RV60). ¿Estará la línea directa del celular de Dios disponible para mí hoy? Sí, ciertamente, ¡Dios es inmutable y está atento a nuestro clamor! Porque nos ama, como dice uno de los versículos de hoy: “Escuchará las oraciones de los desposeídos;  no rechazará sus ruegos”.
Hoy haré a la oración mi compañera de viaje porque por ella expresaré mi amor a Dios en cualquier circunstancia; no tengo que esperar por peores tiempos para orar, porque los tiempos se hacen peores sin orar; pero, ¿cómo orar? Comenzaré mis oraciones con la alabanza como un acto de adoración a la Divinidad: “El que sacrifica alabanza me honrará” (Salmo 50:23 RV60); inmediatamente, confesaré a Dios mis pecados y haré que los deseos de este mundo estén sujetos al poder del Espíritu Santo, que vive en mí; a continuación me apropiaré de las verdades y promesas que la Biblia tiene para mí, porque:“Así que la fe es por el oír, y el oír es por la Palabra de Dios” (Romanos 10:17 RV60); oraré basando mi peticiones en la Biblia, y no solamente en mis palabras y sentimientos; en mi oración, tendré un tiempo de intercesión por otros, en realidad, como cristianos nacidos de nuevo, nuestro propósito es glorificar a Dios y alcanzar a los que todavía no han oído su Mensaje; el momento de la oración para suplicarle a Dios cosas, específicamente personales, es la petición; la acción de gracias es el momento de la oración en que le expresamos a Dios, nuestra gratitud por lo que Él ha hecho, tanto en los demás como en mi propia experiencia personal; y concluyo la oración como la empecé con la alabanza, donde adoro a Dios por lo que Él es. Como lo expresa el cierre de el Padrenuestro: “porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén” (Mateo 6:13b).
Hoy haré de la oración mi compañera de viaje porque algún día, me despediré de ella, antes de entrar al cielo; ya que el cielo no precisa de  oración, allí veremos a Dios cara a cara, como bien lo dice el antiguo himno “Dulce oración”:
Dulce oración, dulce oración,
que aliento y gozo al alma das,
en esta tierra de aflicción
consuelo siempre me serás.
Hasta el momento en que veré
las puertas francas de Sión.
Entonces me despediré
Feliz de ti, dulce oración.
(El nuevo himnario popular #138)
Oración:
Amado Padre Celestial:
Señor, ya tu amor probaste al amarme y perdonar mis pecados y recibirme en tu redil. Sé cuan frágil soy, y necesito la oración como mi compañera de viaje para disfrutar de tu compañía y andar por fe. Ayúdame a mantener tu comunión y relación contigo, ahora y siempre, en el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
La oración, como modo de vida, me permite vivir al estilo de Dios.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento por obedecer?
¿Existe un pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo? 

miércoles, 23 de septiembre de 2015

La oración del ama de casa

Francisco Aular
faular @hotmail.com
Lectura devocional: 1 Tesalonicenses 5:16-24
Oren en todo momento. 1 Tesalonicenses 5:17 (TLA)
Recién convertido al Evangelio, tuve la bendición de encontrarme en la congregación con Adonis Rodríguez, un joven de oración. En realidad él me enseñó a orar, porque lo que yo había aprendido era a rezar, es decir, a repetir las oraciones de otros, en forma mecánica en mi caso. Al descubrir lo que en realidad era orar, pasábamos horas orando. En nuestros sueños juveniles sabíamos que la oración era indispensable para llegar a ser hombres de Dios. Porque orar es hablar con Dios, de ser posible todo el día. Entonces, asistimos a una reunión de oración, que aprendí que se llamaba vigilia de oración, y pasábamos toda la noche orando. Eso estaba bien, pero mi amigo y yo queríamos aprender cómo orar continuamente, como el Apóstol Pablo recomendó a sus discípulos de Tesalónica: “Oren en todo momento”.
La oportunidad del aprendizaje para orar en todo momento llegó a través de un predicador en una de esas vigilias cuando en medio de su predicación contó la siguiente ilustración: Un ama de casa, en medio de sus quehaceres cotidianos, nos enseña cómo podemos orar continuamente delante del Padre. Al abrir la puerta: “Te ruego Señor que yo pueda mantener la puerta abierta de mi corazón para que te pueda recibir en todo momento”. Al lavar la ropa: “Te confieso Señor que necesito tu limpieza, te pido que laves mi corazón de tal manera que quede blanca como la nieve”. Cuando barre la casa: “Te pido Señor que barras de mi vida todo aquello que impide que sea una cristiana madura y firme en mi andar diario”. Cuando iba a comprar aceite: “Padre, dame la sabiduría, como las vírgenes que tuvieron aceite de repuesto para sus lámparas”. Al comprar la leche: “Gracias Señor por tu Palabra, que es mi alimento espiritual de cada día. Que yo la pueda desear como niña recién nacida”. Al abrir las llaves del agua: “Te doy gracias Señor porque Tú eres el agua viva que calma mi sed espiritual”. Al encender las luces: “Señor Tu eres la luz del mundo, te oro por mis familiares y amigos que no te conocen y vagan en oscuridad espiritual. Permite que tu luz verdadera brille en mi vida y en mis actos, porque los que andan en Tu luz no tropiezan. Que sea amable y bondadosa como la lámpara que alumbra a todos”.
Cuando riega las plantas: “Te ruego Señor que envíes lluvia de gracia a mi vida para tener el buen fruto de Tu Espíritu: “Amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas” (Gálatas 5:22,23).
Cuando la familia estaba a punto de llegar: “Te pido que me ayudes a esperar a mi esposo, como la Iglesia te espera a ti. A esperar a mis hijos con gratitud en mi corazón porque son un regalo a mi hogar mientras me ayudas a prepararlos para ti, porque vinieron a través de mí, pero son tuyos”.
Así aquella noche aprendí a aplicar las verdades bíblicas en oración, utilizando en todo instante las diversas actividades que realizaba como fotógrafo profesional. Pero eso será otra historia que se queda para otro día. Mientras tanto, valga el ejemplo de la oración del ama de casa.
Oración:
Amado Padre Celestial:
Te alabo porque tus oídos se inclinan para escuchar mi oración y nunca estás distante a mis ruegos y súplicas. Quiero ser como tu Hijo JESÚS, que vivía en constante comunión contigo, porque orar es una disciplina para mi espíritu, y será imposible crecer espiritualmente sin la oración y tu Palabra. Ayúdame a ver en cada cosa que haga como ser humano un motivo para orar y mantenerme en comunión contigo. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Una vida entregada totalmente a Dios se convierte en una vida llena de oración constante, sin desmayar.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento por obedecer?
¿Existe un pecado por evitar?

¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?

martes, 22 de septiembre de 2015

La oración eficaz

Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: Santiago 5:13-20
Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz. Santiago 5:16 (NVI)

La oración en sí, que hacemos, no es poderosa. 
Todo poder está en el Padre Celestial ante el cual la dirigimos, y la hacemos en los méritos de JESÚS y en el poder del Espíritu Santo, que conoce tanto el corazón del Padre, los méritos del Hijo y el corazón de quien ora.
Le ha placido a Dios darnos el vehículo de la oración para que nos acerquemos a Él con la confianza de que, en Su gracia, nos escuchará. Es así como podemos orar eficazmente y en forma poderosa.
Lo primero que el versículo nos aconseja es que reconozcamos que somos pecadores y por lo tanto debemos confesarnos los unos a los otros nuestras ofensas, pedir perdón y perdonar.
Por la oración el ser humano es capaz de lograr lo inalcanzable por otra vía. Mediante la oración podemos viajar de un lado a otro de este mundo en nuestras intercesiones por los demás. Podemos entrar al hospital y a las cárceles sin ser día de visita. Por la oración los perdidos encuentran la salvación, los enfermos se sanan y la Iglesia hace retroceder al mismo infierno.
Por la oración movemos los obstáculos que se nos atraviesan y lo que parecía imposible se allana. Por la oración caen los muros, se abren túneles y se establecen puentes. Por la oración nos podemos mantener firmes en medio de las pruebas que, como tempestades, se ponen sobre nuestro cielo y nos amenazan con destruirnos. Oramos y éstas se desvanecen y se hacen bonanza.
Por la oración saltamos peligros tan hondos como los abismos, las amenazas son destruidas y podemos avanzar.
Por la oración protegemos a nuestra familia y bendecimos lo que ellos son y tienen, y todo se arregla para el bien de ellos y el nuestro.
Por la oración podemos ponernos delante de nuestra nación e invocar la bendición de Dios para que vivamos en paz. Por la oración sostenemos los brazos de nuestros líderes espirituales, para que puedan prevalecer y vencer, de modo que la obra de Dios no tenga estorbos.
Por la oración podemos aprender a alabar en vez de criticar a nuestro prójimo, aprendemos a amar a nuestros enemigos y convertirlos en amigos.
Por la oración le decimos al Señor JESÚS que Él es primero en nuestra vida ante cualquier persona, posesión y propósito.
Por la oración podemos seguir persistiendo en la petición sin desmayar hasta ser oídos.
Por la oración podemos creer lo que todavía no vemos y tener esta seguridad como el Apóstol Santiago:”La oración del justo es poderosa y eficaz”.
Oración:
Padre Celestial:
Oh Dios, santo es Tu camino; ¿Qué dios es tan grande como nuestro Dios? Tú eres el Dios que hace maravillas; Hiciste notorio en los pueblos Tu poder. (Salmo 77:13,14)
Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por Ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo. (Salmo 42:1,2)
Tu Palabra me alienta a seguir buscando tu rostro en oración. Ayúdame a orar con poder y eficacia. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Cuanto más oremos al Dios Todopoderoso por las bendiciones a nuestros semejantes tanto menos pensaremos en nosotros mismos.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento por obedecer?
¿Existe un pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo? 

lunes, 21 de septiembre de 2015

A solas con Dios

Francisco Aular
Lectura devocional Salmo 27:7-14
Aunque mi padre y mi madre me abandonen,
    el Señor me recibirá en sus brazos. Salmo 27:10 (NVI)

Se llamaba Jesús Bolívar, y vino a Cristo un inolvidable día en que yo estaba sirviendo la Cena del Señor. En efecto,  al explicar la pasión y muerte del Señor Jesucristo, aquel hombre en los sesenta años, pasó con pasos firmes y ante mi asombro se arrodillo delante de mí, y llenos de lágrimas me dijo, el alta voz: “¡Yo quiero rendir mi vida al Señor Jesucristo, en agradecimiento a todo lo que Él, hizo por mí! ¿Qué debo hacer?...” Rápidamente bajé de la plataforma y me arrodillé con él, guiándolo a aquel encuentro con su Salvador y Señor. En pocos meses aquel nuevo creyente, descubrió que él era ante todo, un hombre de oración. Viudo y jubilado, vivía en su casa solo, pero pasaba mucho tiempo en compañía de Dios leyendo la Biblia y en oración. Lo hice mi compañero de oración y de viajes por todo nuestro país. Él anotaba las peticiones de oración que nos solicitaban los hermanos, hacía tiras de papel con esas peticiones y delante de Dios, clamaba por cada necesidad de los amados que nos habían confiados sus motivos. El hermano Bolívar y yo, descubrimos que muchas de las peticiones estaban relacionadas con la soledad. Eso nos hizo ver que pocas cosas son más tristes que la soledad.
Ahora bien, algunas peticiones provenían de personas viudas. Nos dimos cuenta que el dolor más terrible de la viudez no es tanto la incertidumbre del futuro inmediato, sino la ausencia del ser amado. Allí el hermano Bolívar sacaba a relucir su experiencia, y les aconsejaba dedicar más tiempo a la Palabra, a la oración y al invertirse en el trabajo de la iglesia. “Mientras más usted se involucra en la obra de Dios, más descubrirá que el Señor del universo, no lo ha abandonado, por el contrario, lo lleva en Sus brazos. Nada ni nadie lo sacará de allí, eso es para siempre”, “¡no hay como estar a solas con Dios!... Le escuchaba decir al hermano Jesús Bolívar, una y otra vez cuando aconsejaba a las personas.
Esto nos hace preguntar ¿cómo vencer nuestra soledad? En esos momentos, un versículo como el de hoy, es un alimento para el espíritu y el alma atribulados:Aunque mi padre y mi madre me abandonen,
    el Señor me recibirá en sus brazos. Salmo 27:10 (NVI). Ahora bien, mi amado hermano Jesús Bolívar partió con el Señor, una mañana –su hora favorita para la oración era la madrugada-, en un memorial que tuvimos su honor en la Iglesia Bautista El Buen Pastor, en donde él fue miembro toda la vida, dije: Me imagino al hermano Jesús Bolívar, orando en esa madrugada en la compañía de su amado Señor y Salvador. Estaban dialogando allí los dos, en la plenitud de la comunión espiritual que obtenemos al ejercitarnos en la oración, cuando el Señor le dijo: “¡Hijo amado, hoy te quedarás conmigo!”…
Pues bien, cuando vine a Cristo, hace cincuenta años, no vine atraído por un evangelio de ofertas tipo “pare de sufrir”; en aquellos años ser evangélico, costaba las burlas, el menosprecio de familiares y amigos. Sin embargo, estuve dispuesto a todo cuando comprendí que mi amado Señor JESÚS, había dado su preciosa vida por la mía. ¡Perdí la relación con algunos familiares y amigos, pero Dios me trajo a mi familia espiritual! En el transcurso de los años, algunos de mis amigos y familiares, también han llegado a los pies del Señor. ¿Qué hice en aquellos años en los cuales sentía soledad, aun en medio de la gente cuando aun las relaciones más queridas me abandonaron? Ciertamente, le creí a Dio y a Su Palabra:Aunque mi padre y mi madre me abandonen,
    el Señor me recibirá en sus brazos.” Salmo 27:10 (NVI) ¡Me aferré a mi Biblia, a la oración y a la vida de mi iglesia, y Dios nunca me ha abandonado!
He vivido suficiente tiempo he visto a mujeres y hombres llegar al Evangelio y pese a la incomprensión de sus seres queridos, ellos mantuvieron firmes en la fe, y no claudicaron, y Dios le ha dado el triunfo. He visto a hijos traer a sus padres al Evangelio. He visto a empleados traer a JESÚS a sus jefes y compañeros de trabajo; he visto a estudiantes de la universidad impactar con sus vidas, a sus profesores y compañeros de estudios y llevarlos al conocimiento de Dios. ¡He visto a humildes soldados rasos ser instrumentos de Dios para mover a un batallón! En fin, he visto a los cristianos fieles perseverar en el Señor, porque estuvieron dispuestos y disponibles a vivir, a solas con Dios.
Oración:
Padre eterno:
Enséñame e vivir para ti, y de tal modo valorar a mi prójimo que nada ni nadie me frene de dar testimonio de ti, y de tu amor por ellos. Ayúdame a tener el propósito firme de ser un testigo tuyo por dondequiera que vaya. Aunque el mundo entero me abandone, no me sentiré solo porque me llevas siempre en tus brazos amorosos. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Es mejor seguir a JESÚS, aunque nos rechacen, que negarlo para que nos acepten.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento por obedecer?
¿Existe un pecado por evitar?

¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?