martes, 31 de julio de 2012

¡No te rindas!

Mis amados todos:
Un saludo desde la bella ciudad de Toronto para ustedes. Tenemos un verano exuberante y las plazas y jardines nos invitan a verlos, olerlos y a pasearlos. Como saben por la salutación anterior al pie de página, mi atención es agosto estará puesta en nuestra Marcha Evangelizadora, por ese motivo no estaré con ustedes, mis amados perlistas, a lo menos, por mes y medio. Todo me indica que según nuestros planes retornaremos el 17 de septiembre, Dios mediante. Desde lo más profundo de mi aprecio por cada uno de ustedes, les deseo unas felices vacaciones; no se olviden que el SEÑOR va con nosotros como nos lo ha prometido, por dondequiera que vayamos. Mi versículo ministerial nos acompaña: “Pero mi vida no vale nada para mí a menos que la use para terminar la tarea que me asignó el Señor Jesús, la tarea de contarles a otros la Buena Noticia acerca de la maravillosa gracia de Dios” (Hechos 20:24 NTV).
Con mucho afecto,
Pastor y amigo,
Francisco Aular
faular@hotmail.com

¡No te rindas!

Corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante. Hebreos 12:1

Un hombre va entrando al estadio azteca de la ciudad de México en 1968. Se llama John Stephen Akhwari; las luces del estadio se habían apagado; las multitudes habían aclamado al campeón de aquella competencia de los Juegos Olímpicos México 68, hacía una hora. John Stephen Akhwari, representaba a su país Tanzania, como competidor olímpico, y tenía la esperanza de llevarse alguna medalla de retorno a su país, pero se lesionó en la carrera, su pierna sangraba copiosamente, pero el hombre se amarró un pañuelo; se notaba que el dolor era tan fuerte porque no lo disimulada al dar un paso tras otro. Así entró a la pista del estadio, sólo quedaban unos cuantos espectadores en las gradas cuando Akhwari terminó de cruzar la meta. Los médicos y enfermeros lo atendieron allí mismo, cuando le preguntaron por qué había seguido corriendo a pesar del dolor, y ante el peligro de perder la pierna, respondió: “Mi país, no me envió a cinco mil millas de distancia para iniciar la carrera. Me envió a terminarla”.
¡No te rindas! Porque JESÚS no recorrió la distancia entre el cielo y la tierra, para que nada más iniciemos la carrera cristiana, sino que nos dio el poder para terminarla con gozo.
¡No te rindas! porque tenemos aún una carrera por delante. No hemos llegado a la meta todavía, y no es asunto de rapidez solamente, hay que descubrir el poder vivificador de la lentitud y la paciencia en el recorrido.
¡No te rindas! Por los años que llevas en el SEÑOR; la iglesia y la obra del reino de Dios te necesitan. No eches en cara tus muchos años de gloria pasadas porque no son nada comparado con la gloria y el galardón que nos espera. Lo mejor está por venir.
¡No te rindas! Por las pruebas, los sinsabores, los problemas y las circunstancias de esta vida temporal. Dios no nos garantiza un camino de rosas sin espinas, pero sí nos dice: “Estoy con ustedes hasta el fin del mundo”. Así que sigue corriendo “con paciencia” hasta el triunfo final. ¡No te rindas!

Oración:
Amado Padre Celestial:
¡Cuán hermoso es descansar en Ti! Entender que el tiempo que pasaremos en esta vida es tan breve y lleno de mucho sufrimiento. ¡Nada que valga la pena sale por casualidad; nuestra salvación y libertad te costaron tu preciosa sangre y vida! ¡Tu muerte en nuestro lugar fue parte de tu plan de salvación para nosotros! Ahora nos encontramos en la carrera hacia nuestra plenitud en Ti. La guerra está ganada, pero cada uno tiene que luchar y vencer sus propias batallas. ¡No me rendiré y viviré para tu gloria! Ahora es necesario el esfuerzo constante en tu gracia para salir de este mundo habiendo corrido la carrera de la fe exitosamente; haber sido testigo tuyo y llevar a muchos a tu salvación. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de  hoy:
En el calendario de Dios siempre es demasiado temprano para jubilarse.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?

Muy amados:
Dos asuntos que quiero hacer del conocimiento de ustedes en búsqueda de sus oraciones al Padre por nosotros. Pedimos fuerza, valor y claridad al presentar el Mensaje de salvación. Unos cuatrocientos mil hispanos esperan oír la voz de Dios a través de nuestras voces. Solamente tenemos tres congregaciones hispanas, aquí en nuestra ciudad, en uno de los países más indiferentes en cuanto a Dios y su Palabra. Bueno, sin más, he aquí los dos motivos de esta nota:
Primero, estamos llegando al mes de la evangelización personal: agosto, a través de las Marchas Evangelizadoras que se realizan durante este mes. Desde 1977, mayoritariamente, jóvenes estudiantes, maestros y profesores dedican este mes a la obra evangelizadora. Este año no podré participar en ningún evento en Venezuela debido a mis problemas de salud, sin embargo, todo está listo para nuestra Primera Marcha Evangelizadora, aquí, en Toronto, los días 19 al 31 de agosto. ¡Gracias al Señor, hace unos días, la Embajada de Canadá en Caracas dio la visa al grupo que vendrá para ayudarnos! ¡Imposible decir con palabras el gozo que tengo al ver este sueño, este evento, hecho una realidad, tras más de veinte años trabajando aquí! Gracias a ese grupo de marchistas venezolanos, los cuales han hecho muchos sacrificios personales, entre ellos el financiero, para estar con nosotros. Oren por ello.
Segundo, todo este motivo, me lleva como escritor de Perlas del alma a tomarme un receso, el cual será desde el 1 de agosto al 17 de septiembre. Oren por nosotros, estaremos abocados por completo a la Premarcha, Marcha y Postmarcha. En realidad, enfrento por primera vez la falta de algunos amados aquí para que me ayuden en la Premarcha, sin duda, Dios está levantando algunos, pero todos serán nuevos en algo así. Por favor, oren, oren y oren. Por ello, ¡la Marcha no es para contarla, sino para vivirla! ¡Gloria a Dios que nos permitirá vivirla otra vez como hace 35 años.
Con mucho aprecio,
Pastor y amigo,
Francisco Aular


lunes, 30 de julio de 2012

¡Crucemos la meta juntos!

Francisco Aular
faular@hotmail.com

Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas. Hebreos 12:12

He disfrutado de muchos momentos felices en compañía de mi familia al ver los eventos mundiales televisados. Este año estaremos recordando las Olimpíadas de 1992 en Barcelona, España, porque juntos, disfrutamos uno de los momentos más memorables en la historia de las modernas Olimpíadas. Es posible que ustedes también se acuerden de esta gran hazaña que nos conmovió a todos los que la vimos en todas partes del mundo. Muy pocos recordarán quién fue el vencedor de aquel encuentro deportivo, pero no podrán olvidar aquella escena que vive en nuestros recuerdos. Aquí va el relato como lo vi y sentí en el mismo instante en que ocurrió:
Derek Redmon de Inglaterra, estaba cumpliendo con uno de sus grandes sueños en la vida: ¡Ganar una medalla de oro en los juegos olímpicos! Se había preparado con disciplina, paciencia y esfuerzo para ser el mejor del mundo. Ya había llegado a las semifinales en la carrera de los 400 metros y, al sonar el disparo para iniciar la carrera, Derek se lanzó a correr, teniendo un comienzo magnífico, sentía que la sangre le hervía por todo su cuerpo. No era para menos. Estaba corriendo la carrera de su vida. Se dijo a sí mismo: “¡Este es el momento para el cual nací!”, y ya se acercaba a la línea de llegada cuando, de pronto, sintió un dolor agudo en la pierna derecha. Se detuvo unos segundo allí en la pista…, se le había  roto un tendón…, la carrera había terminado para Derek.
Trató de ponerse de pie antes de que llegara el equipo médico. Aunque todos los demás corredores lo pasaron con sus ojos puestos en la meta, Derek empezó a arrastrarse hacia la meta, su rostro estaba bañado en lágrimas por el dolor y la desilusión. De pronto, un hombre se abrió paso entre los guardias de seguridad y sin detenerse ante nada, corrió hacia la pista.
Se acercó a Derek y lo abrazó, “no tienes por qué hacer esto” -le dijo Jim Redmon a su hijo que no dejaba de llorar-, “sí tengo, ¡debo cruzar la meta!”, contestó Derek, “bueno, entonces esta carrera la terminaremos juntos”, dijo su padre.
 El padre de Derek tomó firmemente a su hijo, metió su cabeza por debajo del hombro del corredor, y juntos emprendieron el recorrido que faltaba para llegar hasta la meta, rechazando la intervención que les prestaba la guardia de seguridad que los rodeaban.
El precioso cuadro de aquel padre llevando casi a rastras a su hijo, cojeando, copó la escena final de aquella carrera, la cabeza de Derek en algunos momentos apoyada en el hombro de su padre, siguieron el carril de Derek hasta llegar a la línea final… Hubo un silencio total en aquel centro deportivo. La multitud que los observaba, primero pareció quedar paralizada, luego, uno por uno los presentes se pusieron de pie, y empezaron a vitorear la determinación deportiva del hijo y el apoyo de aquel padre.
Así como a Derek se le hacía imposible cruzar la meta por sí solo, también a nosotros los pecadores, que estamos limitados, lejos de la meta de Dios que nos dijo: “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto (Mateo 5:48), ciertamente, el mejor de nosotros los pecadores tiene: “…las manos caídas y las rodillas paralizadas”, frente a la santidad de Dios, pero JESÚS se lanzó en nuestro rescate, y hoy corremos esta carrera cristiana con Él a nuestro lado. JESÚS es la respuesta de Dios para guiarnos a los seres humanos hacia la meta final; es más, como lo afirmó el apóstol Pablo: “Es Cristo en ustedes, la esperanza de gloria” (Colosenses 1:27), la preposición “en” nos revela una de las verdades más preciosas, nuestra unión con JESÚS, Él está en nosotros y nosotros en Él. ¡Sí, Él está en nosotros y nada ni nadie podrán detener nuestra carrera hacia el triunfo final! Él dice a nuestro espíritu de cristianos nacidos de nuevo: “¡Crucemos la meta juntos!”

Oración:
Amado Padre Celestial:
¡Cuán poderosos y hermosos son tus atributos que se inclinan a favor de tus hijos nada más que por pura gracia! Tu bondad sobrepasa largamente todas las expectativas de los seres humanos. Es muy grande saber que  la muerte de tu Hijo amado nos compró un lugar en el cielo, pero es también glorioso que compraste nuestra libertad para que en este, nuestro breve transitar por el mundo: “Seamos más que vencedores”. Ayúdame en los minutos finales de mi carrera; que yo pueda levantar mis ojos y ver la gloria que me espera. En el nombre de JESÚS, amén.

Perla de hoy:
La salvación es el milagro de un instante que nos pone en la carrera; nuestro avance hacia la meta es la labor de toda una vida.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?

Muy amados:
Dos asuntos que quiero hacer del conocimiento de ustedes en búsqueda de sus oraciones al Padre por nosotros. Pedimos fuerza, valor y claridad al presentar el Mensaje de salvación. Unos cuatrocientos mil hispanos esperan oír la voz de Dios a través de nuestras voces. Solamente tenemos tres congregaciones hispanas, aquí en nuestra ciudad, en uno de los países más indiferentes en cuanto a Dios y su Palabra. Bueno, sin más, he aquí los dos motivos de esta nota:
Primero, estamos llegando al mes de la evangelización personal: agosto, a través de las Marchas Evangelizadoras que se realizan durante este mes. Desde 1977, mayoritariamente, jóvenes estudiantes, maestros y profesores dedican este mes a la obra evangelizadora. Este año no podré participar en ningún evento en Venezuela debido a mis problemas de salud, sin embargo, todo está listo para nuestra Primera Marcha Evangelizadora, aquí, en Toronto, los días 19 al 31 de agosto. ¡Gracias al Señor antes de ayer, la Embajada de Canadá en Caracas dio la visa al grupo que vendrá para ayudarnos! ¡Imposible decir con palabras el gozo que tengo al ver este sueño, este evento, hecho una realidad, tras más de veinte años trabajando aquí. Gracias a ese grupo de marchistas venezolanos, los cuales han hecho muchos sacrificios personales, entre ellos el financiero, para estar con nosotros. Oren por ello.
Segundo, todo este motivo, me lleva como escritor de Perlas del alma a tomarme un receso, el cual será desde el 1 de agosto al 10 de septiembre. Oren por nosotros, estaremos abocados por completo a la Premarcha, Marcha y Postmarcha. En realidad, enfrento por primera vez la falta de algunos amados aquí para que me ayuden en la Premarcha, sin duda, Dios está levantando algunos, pero todos serán nuevos en algo así. Por favor, oren, oren y oren. Por ello, ¡la Marcha no es para contarla, sino para vivirla! ¡Gloria a Dios que nos permitirá vivirla otra vez como hace 35 años!
Con mucho aprecio,
Pastor y amigo,
Francisco Aular






viernes, 27 de julio de 2012

¡Levántate y triunfa!

Francisco Aular
faular@hotmail.com
 
…porque tenía puesta la mirada en el galardón. Hebreos 11:26

Tal vez ustedes se acuerden del maratonista brasileño Vanderlei de Lima, quien participó en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, en donde su espíritu olímpico, su voluntad indoblegable  y su mirada que tenía centradas en ganar una medalla para su país Brasil, pudieron más que el obstáculo que se le interpuso en su camino.
En efecto, cuando ya era prácticamente el ganador de la medalla de oro, porque lideraba el maratón, en el kilómetro 36 fue enfrentado y empujado por un loco religioso -se trataba del ex sacerdote irlandés Cornelius Horan-, Vanderlei cayó al piso… se puso de pie, y en ello perdió valiosos segundos, intentando zafarse de aquel hombre. Ayudado por el público, logró ponerse de nuevo en la carrera, retornando a la pista atlética, y logrando el tercer lugar del maratón, con los brazos en alto y una gran sonrisa. El público se puso en pie en el estadio Parathinaikós para aplaudir la hazaña de aquel hombre. Obtuvo la medalla de bronce. Las declaraciones de este deportista y su actitud son un ejemplo de humildad y deportividad para el resto de nosotros: No le guardo rencor al agresor. Me entrené durante cuatro años para conseguir el sueño de ganar una medalla y, gracias a Dios, lo he conseguido. Me siento realizado como atleta. Otra frase de este hombre nos inspira y desafía: Mi alegría es mayor que mi tristeza. El Comité Olímpico, lo honró con la medalla Pierre de Coubertin por su esfuerzo en sobreponerse a las circunstancias, por su valor y espíritu olímpico.
Muy a menudo, en la Biblia los símiles que comparan la vida cristiana con las competencias deportivas son utilizados por los diversos escritores de la Palabra de Dios inspirados por el Espíritu Santo. El autor de Hebreos hace alusión al boxeo, a la lucha, la carrera y al premio que se le otorgará a los triunfadores. Debemos aclarar que la salvación no es un premio, es un regalo: Dios nos regala la vida eterna por medio de Cristo Jesús, nuestro Señor. Romanos 6:23b, LBLA, usted dirá: “Teniendo la salvación lo tengo todo”, asimismo pensaba yo por muchos años en mi vida como cristiano nacido de nuevo, sin embargo, la Biblia nos dice que esta vida temporal que tenemos después de conocer a JESÚS es tan solo un ensayo de la verdadera vida que nos espera en el cielo. Por nada del mundo debemos desviarnos del verdadero propósito que Dios tuvo al salvarnos, el cual es que le sirvamos con todo lo que somos y tenemos en la propagación de su Reino, y después, al final de esta vida habrá un momento para la gran premiación. Como en los juegos olímpicos subiremos a la tarima, entre los vítores de la Iglesia del Señor y las loas de los seres angelicales. Los creyentes serán juzgados por la obra que hicieron en este mundo, y serán premiados. Allí se nos impondrán coronas: La Biblia nos habla de cinco clases de coronas que el SEÑOR JESÚS les dará a sus fieles, a los que han evangelizado a otros; a los que murieron por Él; la corona de los fieles y sus servidores de toda una vida terrenal; una corona a los que “han apacentado la grey de Dios”; y una corona a los que aman y esperan su venida.
Participar en los Juegos Olímpicos, como la Vida Cristiana es mucho más que ganar medallas, premios o galardones, sin embargo, nosotros debemos esforzarnos en la gracia de Dios y “poner la mirada en el galardón”. No tengamos dudas, Aquel que corrió el Maratón por nosotros, desde el cielo a la tierra, JESÚS, sabe de los obstáculos que se nos han presentado en nuestra carrera, conoce nuestras caídas y levantadas por los empujones de nuestros enemigos. ¡Nos nos quedemos postrados, levantémonos y pongamos nuestras miradas en JESÚS! ¡Sigamos corriendo nuestra carrera cristiana hasta la meta! Vivimos en un mundo injusto que no tiene arreglo. ¡Nadie se detiene a arreglar los muebles de la sala cuando la casa está en fuego! ¡JESÚS es la única respuesta al problema humano! Por encima de todo, debemos mantener nuestra mirada en Él y su galardón que nos espera; no pierdas la concentración: ¡Vuelve a la pista que nos falta muy poco para cruzar la meta! ¡Levántate y triunfa!

Oración:
Mi Dios y Rey:
¡Grande eres y digno de ser alabado! ¡Tanta es tu grandeza que nos es imposible comprenderla en toda su magnitud! Gracias por regalarnos una salvación tan grande, segura y eterna. Hazme consciente de que no debo tener tu salvación en poco, y además de todo esto, la esperanza de la resurrección y tu galardón cuando cruce la meta. Si acaso, yo llegara a ganar alguno, lo pongo a tus pies por ayudarme a esforzarme en tu gracia; te serviré como tu esclavo por toda la eternidad. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy
Eres un éxito en el reino de Dios si logras mantener tu mirada en Él a pesar de los obstáculos.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?

Muy amados:
Dos asuntos que quiero hacer del conocimiento de ustedes en búsqueda de sus oraciones al Padre por nosotros. Pedimos fuerza, valor y claridad al presentar el Mensaje de salvación. Unos cuatrocientos mil hispanos esperan oír la voz de Dios a través de nuestras voces. Solamente tenemos tres congregaciones hispanas, aquí en nuestra ciudad, en uno de los países más indiferentes en cuanto a Dios y su Palabra. Bueno, sin más, he aquí los dos motivos de esta nota:
Primero, estamos llegando al mes de la evangelización personal: agosto, a través de las Marchas Evangelizadoras que se realizan durante este mes. Desde 1977, mayoritariamente, jóvenes estudiantes, maestros y profesores dedican este mes a la obra evangelizadora. Este año no podré participar en ningún evento en Venezuela debido a mis problemas de salud, sin embargo, todo está listo para nuestra Primera Marcha Evangelizadora, aquí, en Toronto, los días 19 al 31 de agosto. ¡Gracias al Señor antes de ayer, la Embajada de Canadá en Caracas dio la visa al grupo que vendrá para ayudarnos! ¡Imposible decir con palabras el gozo que tengo al ver este sueño, este evento, hecho una realidad, tras más de veinte años trabajando aquí. Gracias a ese grupo de marchistas venezolanos, los cuales han hecho muchos sacrificios personales, entre ellos el financiero, para estar con nosotros. Oren por ello.
Segundo, todo este motivo, me lleva como escritor de Perlas del alma a tomarme un receso, el cual será desde el 1 de agosto al 10 de septiembre. Oren por nosotros, estaremos abocados por completo a la Premarcha, Marcha y Postmarcha. En realidad, enfrento por primera vez la falta de algunos amados aquí para que me ayuden en la Premarcha, sin duda, Dios está levantando algunos, pero todos serán nuevos en algo así. Por favor, oren, oren y oren. Por ello, ¡la Marcha no es para contarla, sino para vivirla! ¡Gloria a Dios que nos permitirá vivirla otra vez como hace 35 años!
Con mucho aprecio,
Pastor y amigo,
Francisco Aular








jueves, 26 de julio de 2012

Obediencia y corona


Muy amados:
Dos asuntos que quiero hacer del conocimiento de ustedes, en búsqueda de sus oraciones al Padre por nosotros. Pedimos fuerza, valor y claridad al presenta el Mensaje de salvación. Unos cuatrocientos mil hispanos, esperan oír la voz de Dios a través de nuestras voces. Solamente, tenemos tres congregaciones hispanas en uno de los países más indiferentes en cuanto a Dios y su Palabra. Bueno, sin más, he aquí los dos motivos de esta nota:
Primero, estamos llegando a mes de la evangelización personal a través de las Marchas Evangelizadoras, durante el mes de agosto. Desde 1977, mayoritariamente jóvenes estudiantes, maestros y profesores dedican este mes a la obra evangelizadora. Este año no podré participar en ningún evento en Venezuela debido a mis problemas de salud, sin embargo, todo está listo para nuestra Primera Marcha Evangelizadora aquí en Toronto, los días 19 al 31 de agosto. ¡Gracias al Señor ayer la Embajada de Canadá en Caracas dio la visa al grupo que vendrá para ayudarnos! ¡Imposible decir con palabras el gozo que tengo al ver este sueño, este evento, hecho una realidad, tras más de veinte años trabajando aquí. Gracias a ese grupo de marchistas venezolanos, los cuales han hecho muchos sacrificios personales, entre ellos el financiero, para estar con nosotros. Oren por ello.
Segundo, todo este motivo, me lleva como escritor de Perlas del alma, a tomarme un receso, el cual será desde el 1 de agosto al 10 de septiembre. Oren por nosotros, estaremos abocados por completo a la Premarcha, Marcha y Postmarcha. En realidad, enfrento por primera vez la falta de algunos amados aquí para que me ayuden en la Premarcha, sin duda, Dios está levantando algunos, pero todos serán nuevos en algo así. Por favor, oren, oren y oren. Por ello, ¡la Marcha no es para contarla, sino para vivirla! ¡Gloria a Dios que nos permitirá vivirla otra vez como hace 35 años!
Con mucho aprecio,
Pastor y amigo,
Francisco Aular
faular@hotmail.com

Obediencia y corona

Así mismo, el atleta no recibe la corona de vencedor sino compite según el reglamento. 2 Timoteo 2:5

Con mucha frecuencia San Pablo utilizó en sus escritos las metáforas para hacer aplicaciones a las doctrinas cristianas. Una de ellas es la metáfora del atleta y su clara referencia a la obediencia cristiana. Uno puede inferir que el Apóstol estaba familiarizado con las competencias atléticas  y con los famosos juegos olímpicos, así como también los reglamentos que regían las distintas disciplinas deportivas que se practicaban en su tiempo.
Ciertamente, los juegos atléticos más importantes que había entre los griegos eran los olímpicos. Estas competencias deportivas tomaban lugar cada cuatro años, y se tenían en la llanura llamada Olimpia, a orillas del río Alfeo, en el Peloponeso en Grecia. En esta llanura había un bosque, y allí, un templo con una de las siete maravillas del mundo: La estatua de Júpiter Olímpico, hecha de oro y marfil, por Fidias, uno de los más grandes escultores de la época. También había una estatua de Minerva mirando hacia Atenas; esta diosa era la patrona de los juegos olímpicos.
Estos juegos se originaron en el año 776 A.C., y duraron hasta el año 394 D.C., cuando fueron prohibidos por el emperador cristiano Teodosio. A los juegos olímpicos se les otorgaba tal importancia, que al mismo tiempo eran regidos por reglamentos muy estrictos, y sin obediencia a ellos no había triunfo, no había corona. Había que jugar limpio.
En efecto, todo atleta tenía que hacer un voto solemne de que participaría de acuerdo al reglamento de las olimpíadas. Si alguien jugaba de mala fe lo multaban con cantidades considerables de dinero, para que sirviera de ejemplo a lo largo y ancho del lugar de las competencias, de hecho, algunas obras de arte que se exhibían; se habían adquirido por medio de las multas que se habían cobrado a los que había jugado ilegalmente.
La Biblia es el libro de los reglamentos y principios divinos que nos ha dejado Dios para que nos guiemos y la hagamos la norma de nuestra conducta. La Biblia nos dice que la salvación es un regalo que Dios nos hace en JESÚS, es imposible ganar la salvación aun, intentando jugar limpio; por eso vino JESÚS: Quien sólo vive para pecar, recibirá como castigo la muerte. Pero Dios nos regala la vida eterna por medio de Cristo Jesús, nuestro Señor. Romanos 6:23 LBLA.
Aunque la salvación es un regalo, vivir la vida cristiana nos costará todo lo que tenemos y somos. El cristiano nacido de nuevo no vive para ganarse la salvación, porque gracias a JESÚS ya la posee, pero vive y se esfuerza en la gracia de Dios para que esa salvación sirva de ejemplo y modelo para otros. Visto de esta manera la vida cristiana normal es como una carrera que emprendemos desde el día de nuestra conversión hasta el día cuando el SEÑOR nos llame a su presencia.
La obediencia a la Palabra de Dios nos pone en la carrera y nos mantiene en ella. Como a los atletas de las olimpíadas, al final de la competencia se les premiaba, así también habrá premios al final de nuestra carrera cristiana. Habrá coronas para los que hayan vivido una vida cristiana, y ejercitado sus dones espirituales para la gloria de Dios.

Oración:
Amado Padre Eterno:
Te alabo por el día en que me hiciste parte de tu pueblo, sangre de tu sangre y hueso de tus huesos. Tu gracia me puso en la carrera cristiana en la cual me encuentro. Ha sido hermoso servirte como mi SEÑOR y SALVADOR. No tengo nada que buscar en este mundo fuera de Ti, teniéndote a Ti tengo lo más que grande que esta vida humana me pudiera dar. Como dijo uno de tus grandes hombres: “Nos has hecho para Ti y nuestro corazón estará inquieto, hasta que descanse en Ti”. Oh SEÑOR dame la gracia de terminar mi carrera cristiana con gozo. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Soy un atleta de Dios en obediencia y compitiendo según el reglamento, por su gracia, la corona me espera.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?


miércoles, 25 de julio de 2012

El maratón por nosotros

Francisco Aular
faular@hotmail.com

Me ha enviado a sanar los corazones heridos, a proclamar liberación a los cautivos  y libertad a los prisioneros, a pregonar el año del favor del Señor… Isaías 61:2

Nuevamente millones de personas en el mundo estarán pendientes de lo que ocurra en los XXX Juegos Olímpicos modernos en Londres, desde el 27 de julio hasta 12 de agosto de este año. ¡Todos los atletas saldran a la conquista de sus medallas según la especialidad deportiva para la cual se han entrenado durante años! Todos harán esfuerzos increíbles, pero solamente unos pocos serán ganadores. En el terreno espiritual, nuestro amado JESÚS dejó al cielo y se vino a la tierra, para conquistar para nosotros el derecho de ser llamados “hijos de Dios” (Juan 1:12), y por eso, como lo dijo el Apóstol: “somos más que vencedores” (Romanos 8:37), ¡Él venció y nos dio el derecho de ser vencedores!, esto, ¡si nos arrepentimos de nuestros pecados y confiamos solamente en Él para nuestra salvación eterna!
Paricularmente, me gusta el maratón. Sin embargo, el maratón es una disciplina deportiva muy exigente, nada más y nada menos que, ¡una carrera de 42 kilómetros!; tuvo su origen en un memorable episodio de la antigua Grecia, durante la guerra entre griegos y persas. Maratón es en realidad el nombre de un campo de batalla. Allí, en el año 490 antes de Cristo, los griegos lograron una heroica victoria sobre sus enemigos. Se buscó a un corredor que llevara la buena noticia hasta Atenas. Encontraron a un atleta bien ejercitado y fuerte. Lo enviaron. Recorrió 42 kilómetros sin detenerse. Cuando llegó a Atenas, solo exclamó con las pocas fuerzas que le quedaban: ¡Victoria, victoria! Y calló muerto. ¡Pagó con su propia vida la proclamación de las buenas nuevas!
No podemos reflexionar sobre este relato, sin pensar en JESÚS. Vino del cielo anunciando las buenas noticias de salvación para todos los seres humanos: …para anunciar buenas nuevas a los pobres.  Me ha enviado a sanar los corazones heridos, a proclamar liberación a los cautivos  y libertad a los prisioneros, a pregonar el año del favor del Señor  y el día de la venganza de nuestro Dios, a consolar a todos los que están de duelo,  y a confortar a los dolientes de Sión. Me ha enviado a darles una corona  en vez de cenizas, aceite de alegría  en vez de luto,  traje de fiesta  en vez de espíritu de desaliento. Serán llamados robles de justicia,  plantíos del Señor, para mostrar su gloria. Reconstruirán las ruinas antiguas,  y restaurarán los escombros de antaño; repararán las ciudades en ruinas,  y los escombros de muchas generaciones. (Isaías 61:1-4, NVI)
En las olimpiadas los atletas se esfuerzan por la patria que representan. ¡JESÚS, dio su vida por nosotros! (Romanos 5:8). Entonces, a dos mil años del triunfo de JESÚS en aquel maratón por la vida nuestra, venció a Satanás, al pecado y a la muerte, y nosotros nos beneficiamos de su proeza. En efecto, la muerte de JESÚS fue un triunfo glorioso, definitivo y eterno; que Dios lo resucitó y lo puso sobre el pináculo de la gloria como SEÑOR,  no me canso de repetirlo, y no debemos olvidar que para conseguir esa victoria dio su vida. Sí, en efecto dio su vida para que el Mensaje de Salvación llegara a nosotros. Tampoco se nos debe olvidar en esta hora, los millones de hombres y mujeres que a través de los siglos, dejando sus tierras y sufriendo mil incomodidades, despojándose de todo enredo mundano, al costo de sus propias vidas, han corrido el maratón llevando las buenas nuevas y nosotros somos sus trofeos. ¡Hagamos lo mismo no rompamos la cadena! Debido a que JESÚS va con nosotros, como lo ha prometido: “Y tengan por seguro esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos(Mateo 28: 20b, NTV) Por ello, ¡ningún esfuerzo en la obra de Dios es en vano! ¡Alabando sea el nombre de Dios!

Oración:
Amado Padre Celestial:
Te alabo por ser el Autor de esta salvación tan grande a nuestro favor. Esta vida temporal que nos has dado no tendría sentido sin la trascendencia de un destino eterno y una misión histórica que cumplir. Ayúdame a correr los últimos kilómetros que me quedan porque ya siento muy cerca de mí, los gritos de victoria, los aplausos y el gozo de los que corrieron antes que yo y que me esperan, en el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Concéntrate en tus victorias y no en tus derrotas. Dios no patrocina fracasos. ¡El triunfo está asegurado!
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?




martes, 24 de julio de 2012

El dolor del adiós

Francisco Aular
  
Entonces hubo gran llanto de todos; y echándose al cuello de Pablo, le besaban…le acompañaron al barco. Hechos 20:37,38 (RV60)
En la Biblia encontramos escenas conmovedoras en las que vemos cómo las lágrimas brotan espontáneas, de aquellos seres humanos que son personajes principales en la historia de nuestra fe. La idea de que los cristianos no sufren, no lloran o no expresan sus sentimientos unos a otros es estoicismo, o ascetismo religioso, pero no, nunca, cristianismo.
Hace algunos años nos correspondió a Mary y a mí despedir a nuestros dos hijos mayores. Nunca nos habíamos separado de ellos, pero salieron a estudiar fuera de nuestro país, Venezuela. Llegamos al aeropuerto, nos despedimos, nos acompañaban algunos hermanos de la iglesia, entre ellos, el profesor Daniel Ilarraza, uno de nuestros grandes músicos venezolanos y mentor de ambos en la adoración al Señor a través de la música. Cuando el avión despegaba, nuestras lágrimas y las oraciones por ellos fluían, entonces, Daniel Ilarraza, también conmovido, nos dijo: “Esos muchachos triunfarán en la vida porque aman al Señor”. Así ha sido. Ellos son hombres de bien y eso es lo más grande que unos padres pueden esperar de sus hijos.
Ayer, Mary y yo, despedimos a César y Mary Ruth y a nuestros nietos: Rebecca, David y Samuel Andrés. Ellos han pasado un año en nuestra casa -en todo el proceso para ser aceptados como misioneros por nuestra Junta de Misiones Internacionales-,  así sin la presencia de nuestros hijos y nietos, nuestro hogar se quedó silencioso. En efecto, nuestros hijos, salen de misioneros a España por lo que esta separación, aunque parezca increíble, nos llena también de gozo. Sin embargo,  otra vez el dolor de la despedida tocó nuestros corazones, pero en casa habíamos orado y citado las palabras de Dios a Moisés: “Mi presencia irá contigo, y te daré descanso” (Éxodo 33:14); y también las palabras paulinas en Hechos 20:24.
Ciertamente, toda despedida nos produce dolor porque tiene que ver con separación, con dividir una amistad, y de salir de la presencia física de los que nos rodean siempre. Cuando nos familiarizamos con una persona, desearíamos mantener una relación sin interrupciones, pero eso no será posible en esta vida, así que tenemos que dejar que se vaya la persona amada; esa persona amada tiene que seguir su camino, no tenemos derecho de detener su marcha. Esto debe valer también en las relaciones más estrechas como seres humanos,  por ejemplo, de padres e hijos. No tenemos ningún derecho, los padres –a no ser que seamos consultados por ellos-, de interferir en la vida de nuestros hijos ya adultos. Es cierto que la Biblia habla a los hijos que “obedezcan a sus padres”, eso es cuando son pequeños, adolescentes y en su primera juventud, y tenemos la oportunidad de disfrutarlos y sembrarles valores. Una vez crecidos, hay que soltarlos, dejarlos ir; ese es el tiempo del dolor del adiós. Evitaríamos muchos males a ellos y a nosotros, si prudentemente dejamos que ellos crezcan y nosotros podamos ir desapareciendo de la escena principal. Creo que el poeta libanés, Jalil Gibrán en su poema “Vuestros hijos” era de este mismo sentir:
Vuestros hijos no son vuestros hijos.
Son los hijos y las hijas de los anhelos
que la Vida tiene de sí misma.
Vienen a través de nosotros,
mas no de vosotros
y aunque vivan con vosotros
no os pertenecen.
Podéis darle vuestro amor,
mas no vuestros pensamientos,
Porque ellos tienen sus propios
pensamientos.
Podéis dar albergue a sus cuerpos
mas no a sus almas.
Pues sus almas moran en la casa
del mañana, que ni aún en sueños
os es dado visitar.
Podéis esforzaros por ser como ellos,
mas no intentéis hacerlos
Como vosotros.
porque la vida no marcha hacia atrás,
ni se detiene en el ayer.
Vosotros sois el arco por medio
del cual vuestros hijos son disparados
como flechas vivas.
El arquero ve el blanco en el sendero
del infinito, y os dobla con toda su fuerza
a fin de que sus flechas
vayan veloces y lejos.
Que el hecho, pues, de estar
doblados en manos del arquero
sea para vuestra dicha.
Porque así como el ama
la flecha que dispara,
ama también el arco
que permanece firme.
Oración:
Padre eterno:
Guardo en los graneros de mi mente lo granos del amor y de simpatía que me han dado todos los amados que tú pusiste a mi lado a través de la vida; que sea lo suficientemente sabio en lo que me resta de esta vida para trillar los granos, y con lágrimas amasar el pan que daré a mis nietos, antes de mi despedida. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Despedirse es un arte que se aprende a lo largo de toda una vida para poder seguir el camino interior y exterior hasta el final.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?


lunes, 23 de julio de 2012

A la vida por la muerte


Francisco Aular
faular@hotmail.com      
Ustedes saben que si un grano de trigo cae en la tierra y no muere, no produce nada. Pero si muere, da una cosecha abundante. Juan 12:24,25 (TLA)
La palabra “vida”, en el idioma original en el cual el apóstol Juan escribió su Evangelio, tiene tres significados, pero me detendré en dos acepciones para nuestro devocional de hoy. “Bíos” significa la vida natural, nuestra vida temporal en esta tierra. Nacimos y moriremos. Con la ayuda de Dios, nuestros padres humanos nos pusieron en esta tierra. Ese es nuestro primer nacimiento. La gran mayoría de los seres humanos, desde su perspectiva de “bíos”, sólo ven en el cristianismo una religión digna de imitar. Un  ejemplo de ello es el clásico religioso "La imitación de Cristo". Ellos han visto en JESÚS al más perfecto de los modelos. ¡Pero una imitación es sólo una imitación! La Biblia nos habla muy claro en cuanto a esto, en muchos de los versículos del Nuevo Testamento no pide una imitación, sino una transformación producida por la Palabra y el Espíritu Santo. Revela que los seres humanos fueron creados a la imagen de Dios, que están dotados de inteligencia, que son capaces de grandes cosas en cuanto a la ciencia y el conocimiento, que son capaces también de amar y que disponen de una voluntad y una personalidad libres. Pero los seres humanos son mortales, no tienen la misma vida de Dios que es Eterno. Los esfuerzos por imitar a JESÚS son tan sólo remiendos en una vida temporal que tarde o temprano, como la ropa vieja será desechada. ¡Cuán superior es la vida que Dios nos da completamente nueva!
Dios decidió hacernos de nuevo mediante el Nuevo Nacimiento espiritual, la vida eterna, “zoé” en griego. Es vida sobrenatural que nos llega del cielo. Juan nos dice que la primera persona que JESÚS evangelizó fue un hombre orgulloso de su vida religiosa, un rabino judío. Un ser humano con una vida humana, pudiéramos decir, impecable. Se llamaba Nicodemo, pues a este hombre que cumplía ciento por ciento como su imitación perfecta de un hombre de Dios, JESÚS le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.[i] …Lo que es nacido de la carne (“bíos”) carne es es, y lo que es nacido del Espíritu (“zoé”), espíritu es.[ii]
¿Es posible acceder a esta vida “zoé” (a esta vida eterna)? La respuesta es sí, pero tenemos que obedecer a JESÚS, porque Él y sólo Él es la vida eterna: Si ustedes consideran que su vida es más importante que obedecerme, no tendrán vida eterna. Pero si consideran que su vida en este mundo no es importante y me obedecen, entonces tendrán vida eterna.[iii] ¡Esta vida humana temporal tiene que morir para que surja el fruto de la vida eterna! ¡Mientras orgullosamente seamos religiosos satisfechos con nuestra religión, no podremos entender estas cosas espirituales! ¡Es indispensable morir a nosotros mismos! Entonces comprenderemos ¡Quién es JESÚS! Sabremos que es Dios hecho hombre, tomó nuestra vida temporal “bíos”, la clavó en la cruz y nos dio su vida eterna, “zoé”. Nos hizo de nuevo por el Nuevo Nacimiento en Él, para vivir de allí en adelante su vida en nuestra vida.
Por eso, esta vida humana y pecadora, alejada de Dios por el pecado que reina en ella -a pesar de nuestros mejores intentos por imitar a un Dios tres veces santo- no puede entrar al reino de Dios. Porque aún a Nicodemo, uno de los hombres más consagrado a su religión, JESÚS le ordenó que naciera otra vez. ¡Nos quedamos cortos! Por el Nuevo Nacimiento llegamos a ser no una imitación de JESÚS, sino como lo explicó el apóstol Pablo: “Porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos” [iv] ¡Estamos en JESÚS!: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”.[v]  ¡Alabado sea el Padre por tan grande revelación! Repitámoslo porque yo estoy saltando de la alegría: ¡“y ya no vivo yo”! Funciona así: Yo le doy mi vida vieja y Él me da su vida nueva. Yo le doy mi fracaso y Él me da su victoria. Yo caigo a tierra y muero y Él me da su vida fructífera. Yo le doy mi muerte y Él me da su resurrección. ¡No me canso de alabar a nuestro Padre Celestial, Autor de esta Salvación tan grande!
¿Cuántas veces has nacido? En mi caso, yo celebro dos cumpleaños, nací en 1945, según la carne y nací en 1963, según el Espíritu. Mi primer nacimiento me puso en el mundo con el propósito eterno de que fuera un ser humano y que llegara a conocer a JESÚS. Mi Segundo Nacimiento me puso en el cielo ¡Gracias a su misericordia y amor, aunque se me acaba mi vida “bíos”, tengo mi vida “zoé” la cual se va renovando cada día!
¿Te gustaría nacer hoy según el Espíritu? La forma que yo mismo he probado y con la cual inicié mi nueva vida es la oración sincera al SEÑOR:
Ora conmigo:
Amado JESÚS, hoy entiendo que soy pecador(a) y estoy separado(a) de Ti. Ciertamente yo he vivido mi propia vida, pero necesito esa vida eterna que Tú ofreces al ser humano. Hoy muero mi propia muerte para que me des tu vida. Me arrepiento de mi vida pecaminosa y alejada de Ti y te ruego me perdones y te invito a ser mi SEÑOR Y SALVADOR. Gracias JESÚS porque es tu voluntad perdonarme y darme tu nueva vida. Gracias por perdonarme. Amén.[vi]
Perla de hoy:
El Nuevo Nacimiento es el único requisito para el Hombre Nuevo como lo propuso JESÚS.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
[i] Juan 3:3 (RV60)
[ii] Juan 3:6 (RV60) subrayado mío
[iii] Juan 12:25 (TLA)
[iv] Efesios 5:30 (RV60)
[v] Gálatas 2:20 (RV60
[vi] Si has hecho esta oración sinceramente, bienvenido(a) a la familia de Dios, escríbeme ahora mismo y comenzaremos a estudiar un material de discipulado.