jueves, 31 de mayo de 2012

Importancia de la iglesia local

Francisco Aular

El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Apocalipsis 3:22 (NVI)

El Nuevo Testamento nos habla del secreto que Dios tenía en su plan original: La creación de agencias de su Reino, llamadas “iglesias”, fundadas por JESÚS, las cuales estarían por todo el mundo. Cuando se reseña a las iglesias neotestamentarias, generalmente se refiere a un cuerpo local de creyentes bautizados; personas que han nacido de nuevo por el poder del Espíritu Santo y la Palabra de Dios y se congregan en el nombre de JESÚS para exaltarlo, ayudarse unos a otros; caminar hacia la madurez de la vida cristiana por medio de las ordenanzas del bautismo y la Cena del Señor; anunciar las buenas nuevas de salvación por la confianza puesta únicamente en JESÚS quien es la Vida Eterna; Él mismo dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6. RV60); en la iglesia local se ejercitan los dones espirituales de cada uno de los miembros, y los derechos y deberes con los cuales se mantiene la unidad del cuerpo; se forjan los discípulos y los nuevos líderes que ayudarán en la expansión del Reino de Dios en toda la tierra; esta iglesia es un cuerpo autónomo, el cual funciona por un procedimiento democrático bajo lo que llamamos el señorío de JESÚS, es decir, Él es la cabeza; todos los miembros son igualmente responsables y se comprometen a vivir para la gloria de Dios; sus oficiales -que la Escritura designa- son los pastores y los diáconos; una congregación local se asocia a otras congregaciones para formar una familia denominacional, y así, lograr objetivos de mayor alcance que sola no podría acometer. ¡Estas son las iglesias del Nuevo Testamento!
Entendemos entonces, que la iglesia local es la familia espiritual de cada creyente en JESÚS. Su importancia es vital. Y esto lo comprendemos mejor por el Mensaje a las Siete Iglesias que aparecen en Apocalipsis, en los capítulos dos y tres. Siete veces les repite: El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. En estos Mensajes comprendemos estas verdades: Toda congregación tiene un propósito, toda iglesia tiene sus problemas como organismo divino-humano, y toda iglesia tiene la presencia de JESÚS porque Él es el SEÑOR  de la Iglesia, que en el sentido más amplio incluye a todos los redimidos de todos los tiempos.
La Palabra de Dios afirma que la salvación es por fe y no por obras:No por obras, para que nadie se jacte” (Efesios 2:9. NVI), sin embargo, el fruto de nuestra salvación es asumir nuestra responsabilidad y compromiso como cristianos nacidos de nuevo para servir por gratitud al SEÑOR: “Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica” (Efesios 2:10. NVI). ¡No perdamos tiempo, vayamos a la iglesia local y sirvamos!
Si la vida humana es una maratón de 42 kilómetros, entonces estoy corriendo más o menos el kilómetro 37. He ahorrado oxígeno para el final de mi carrera, así que correré con mayor energía poniendo mis ojos en JESÚS y en la meta final ¡Ya me parece que escucho las voces de aquellos que corrieron antes que yo! ¡Las iglesias locales a las cuales he pertenecido me han preparado para este momento! ¡Allí están -entre el público que me aplaude- los que han cruzado la meta primero que yo! Allí están los que integraban el comité de bienvenida de mi iglesia local en aquel precioso día en que llegue a sus puertas por primera vez; los que me atendieron en mi infancia espiritual; los que me tuvieron paciencia en mi adolescencia en JESÚS; los que han trabajado a mi lado para extender el Reino y por sobre todo, ¡me espera mi Amado JESÚS! ¡No puedo fallarles! ¡Alabado sea mi SEÑOR Y DIOS! Porque de Él, y por Él, y para Él, son todas las cosas. A Él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén. Romanos 11:36 (RV60)

Oración:
Amantísimo Padre Celestial:
Te alabo por haber creado las iglesias en plural y la Iglesia en singular que las involucra a todas. Contrario a lo que la gente cree, las iglesias no existen para los que no tienen necesidad de Ti, pero has creado a las iglesias para nosotros los pecadores, los que estamos enfermos por el pecado que nos agobia, para los débiles, para los imperfectos y que te necesitamos como nuestro Médico para mantenernos sanos y salvos. ¡Gracias por hacerme parte de ella desde hace 49 años! No soy perfecto, pero si no fuera parte de ella, ¿cómo sería? Imaginármelo me aterra. Ayúdame a terminar mi carrera cristiana con tu gozo y amor. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
En la iglesia local somos cristianos en construcción hacia nuestra perfección en JESÚS.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?


viernes, 25 de mayo de 2012

Escuela para padres

Francisco Aular

Tu esposa será como una vid fructífera, floreciente en el hogar. Tus hijos serán como vigorosos retoños de olivo alrededor de tu mesa. Salmo 128:3 (NTV)

Toda la Biblia es una escuela que nos forma para la vida, “en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y el conocimiento” (Colosenses 2:3 RV60), sus verdades están abiertas delante de nosotros porque cada día que pasa, tú y yo, estamos escribiendo la historia de nuestras vidas con lo que somos y hacemos, y será de bendición cuando nuestros hijos estudien su pasado, dentro de algunos años,  y sepan que sus padres, muchas veces fueron al viejo Libro para que ellos fueran tratados “como vigorosos retoños de olivo alrededor de tu mesa”. Es decir, hijos amados en todo tiempo y en toda circunstancia, cultivados para dar lo mejor de sí en todo lo que hagan para la gloria de Dios.
En los Salmos 127 y 128, encontramos cuatro momentos o etapas principales por las que atraviesa una familia, estas son: La familia en su fundación, desde la boda a la llegada del primer hijo (Salmo 127:1,2); la familia y sus hijos emprendiendo juntos el camino de la grandeza familiar (Salmo 127:3-5); el tercer momento, la familia y el cumplimiento de su propósito, la Biblia es una escuela para padres (Salmo 128:1-3; y, finalmente la familia y el nido vacío (Salmo 128:4-6). Todos estos momentos son importantes dentro del poco espacio y tiempo en que estaremos en este mundo.
Las especialidades en consejería para la familia aumentan cada día, si va a una librería buscando textos que traten el tema de la familia, le quedarán muchos peldaños de libros que ni siquiera podrá hojear, hay muchísimos en el mercado; sin embargo, tendrá que tener cuidado porque muchos de esos libros han salido de laboratorios humanos que no contemplan, para nada, la opinión divina. Busque la opinión de comentaristas bíblicos, y usted mismo, bajo la orientación del Espíritu Santo, vaya a la escuela para padres que es la Biblia.
El tercer momento de la familia, es un tiempo agotador puede abarcar unos 20 años, es etapa para educar, corregir, modelar, edificar en amor y disciplina, y finalmente, los enamoramientos de los retoños, posterior casamiento, y quedar de nuevo con el nido vacío como al principio.
Es igualmente interesante notar que el salmista aconseja que todas las etapas de la familia  deben estar bajo la dirección de Dios para que la familia sea feliz: “¡Qué feliz es el que teme al Señor, todo el que sigue sus caminos! Gozarás del fruto de tu trabajo; ¡qué feliz y próspero serás!” (Salmo 128:1,2 NTV). Así que en esta escuela para padres que es la Biblia, debemos aprender a amar a Dios por sobre todas las cosas, y a buscarlo a Él como una acción de nuestra voluntad, mucho más allá de simple experiencia emocional: “Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten. Así que no se preocupen por el mañana, porque el día de mañana traerá sus propias preocupaciones. Los problemas del día de hoy son suficientes por hoy” (Mateo 8:33,34 NTV). Por supuesto, la iglesia en todas las etapas de la familia es un medio de gracia para ayudarnos al triunfo final, y debemos enseñar por medio del ejemplo a nuestros hijos, el compromiso innegociable con nuestra membresía responsable en una iglesia local.
Aunque pareciera que el hogar, el matrimonio y la familia como lo presenta la Biblia, sucumbieran a todos los ataques y por todos los frentes que por diversos enemigos les llega, yo soy optimista, y sé que Dios todavía está con nosotros; Él es nuestra única esperanza. Nuestra oración de hoy es el himno: Danos un bello hogar de B.B. McKinney. ¡Hazlo tuyo y vívelo!

I
Danos un bello hogar:
Donde la Biblia se pueda ver;
Donde tú amor bienestar nos dé;
Donde en ti todos tengan fe.
¡Danos un bello hogar¡
¡Danos un bello hogar¡

II
 Danos un bello hogar:
Donde el padre es fuerte y fiel;
Donde no haya el sabor a hiel,
Donde en su ambiente haya sólo miel.
¡Danos un bello hogar¡
¡Danos un bello hogar¡

III
Danos un bello hogar:
Donde la madre con devoción,
Sepa mostrarnos Tú compasión.
Donde tú habites con santa unción.
¡Danos un bello hogar¡
¡Danos un bello hogar¡

IV
Danos un bello hogar:
Donde los hijos podrán saber
Como Jesús los quiere ver
A su amparo y así vencer.
¡Danos un bello hogar¡
¡Danos un bello hogar¡
(Himnario de alabanza evangélica, número 405, EMH, 1978)
Perla de hoy:
La primera lección de la Escuela para padres es amar a Dios y honrar a los padres. Y esto se aprende en todas las etapas de la familia.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?


martes, 22 de mayo de 2012

El camino de la grandeza familiar

Francisco Aular

Los hijos son un regalo del Señor; son una recompensa de su parte. Los hijos que le nacen a un hombre joven  son como flechas en manos de un guerrero. ¡Qué feliz es el hombre que tiene su aljaba llena de ellos! Salmo 127:3,4 (NTV)

Charles R. Swindoll en su libro Afirme sus valores, comparte una bella ilustración de lo que en esencia marcaría la pauta del segundo momento o etapa de la familia: “Entre las leyendas hay una que habla de un superintendente y mirón medieval, que preguntó a tres albañiles de una obra qué estaban haciendo. El primero contestó que ponía ladrillos; el segundo describió su tarea de cómo edificar un muro; pero aquel que demostró verdadera estima por su trabajo fue el tercero, cuando dijo: Estoy construyendo una gran catedral. Haga la misma pregunta a dos padres diferentes en relación con su papel en la familia y probablemente obtendrá el mismo tipo de contraste. El primero, puede que diga: “Estoy manteniendo a una familia”; pero el segundo, puede que vea las cosas de un modo diferente, y exprese: “Estoy criando hijos”. Aquel considera que su trabajo es poner pan en la mesa; pero éste, ve las cosas desde la perspectiva de Dios: está participando en la formación de vidas humanas.”.
¡Qué precioso momento cuando llegan los hijos al hogar! “Los hijos son un regalo de Dios”. “Son como flechas en manos de un guerrero.” ¡Disparemos esas flechas hacia el blanco de la voluntad de Dios! Sin embargo, requerirá que nos concentremos en amarlos, guiarlos y educarlos para que sean hombres y mujeres de bendición, tanto en la vida familiar como en la eclesiástica, y en la sociedad. El hogar es el lugar apropiado para sembrar los valores que los harán seres útiles en medio de un mundo necesitado de lo puro y lo grande. En esta etapa tenemos muy poco tiempo para hacer de ese pequeñín, un monstruo o un  santo. De las instituciones que Dios ha creado para que los seres humanos aprendan sus deberes y derecho como la familia, el estado, la escuela y la iglesia, ¡ninguna puede superar a la familia en producir hombres y mujeres de bien!
Pensando en esto de la responsabilidad de los padres en la buena crianza de sus hijos está corriendo por la red, un escrito que editó el Departamento de Policía de Houston, cuyo título es “Cómo criar hijos delincuentes”, dice así:
1.  Déle a su hijo todo lo que pida. Pensará que tiene derecho a obtener todo lo que desea.

2.  Ríase cuando su hijo diga malas palabras. Crecerá pensando que el irrespeto es divertido.

3.  Jamás reprenda a su hijo por su mal comportamiento. Crecerá pensando que no existen reglas en la sociedad.

4.  Recoja todo lo que su hijo desordena. Crecerá creyendo que otros deben hacerse cargo de sus responsabilidades.

5.  Permítale ver cualquier programa de televisión. Crecerá creyendo que no hay diferencias entre ser niño y ser adulto.

6.  Dé a su hijo todo el dinero que pida. Crecerá pensando que obtener dinero es fácil y no dudará en robar para conseguirlo.

7.  Póngase siempre de parte de él, contra vecinos, maestros y policías. Creerá que lo que él hace siempre está bien y son los otros lo que están mal.

“Siguiendo estas instrucciones le garantizamos que su hijo será un delincuente y nosotros tendremos una celda lista para él.”.

Si alguien le pregunta que está haciendo importante en su vida, responda: Estoy levantando una familia para la gloria de Dios, porque la Biblia dice: Los hijos son un regalo del Señor; son una recompensa de su parte.  Los hijos que le nacen a un hombre joven son como flechas en manos de un guerrero. ¡Qué feliz es el hombre que tiene su aljaba llena de ellos!   No pasará vergüenza cuando enfrente a sus acusadores en las puertas de la ciudad. Salmo 127:3-5 (NTV). Sí, ¡este el camino de la grandeza familiar!

Oración:
Amado Padre Celestial:
Tú diseñaste el matrimonio y la familia para que el ser humano sea feliz. Gracias te doy por mi familia e invoco tu bendición sobre cada familia y hogar en cualquier lugar, ya sea una choza, una cabaña, en las granjas o en las ciudades; haz que en cada hogar se sienta tu presencia e influencia bienechora. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Lo hemos oído, lo hemos predicado, hagamoslo una realidad: La familia que ora unida, permanece unida.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?


lunes, 21 de mayo de 2012

Cuatro momentos de la familia

Francisco Aular
faular@hotmail.com     

Si el Señor no construye la casa, el trabajo de los constructores es una pérdida de tiempo. Si el Señor no protege la ciudad, protegerla con guardias no sirve para nada. Salmo 127:1 (NTV)

De nuevo, vengo con mi corazón lleno de gratitud al SEÑOR por habernos dejado las Sagradas Escrituras, y en ellas encontrar la sabiduría divina que ha resistido la prueba y sinsabores de los tiempos. En efecto, en los salmos 127 y 128, encontramos que toda familia pasa por cuatro grandes momentos o etapas: La familia y su fundación; la familia y sus hijos; la familia y el cumplimiento de su propósito; la familia y el nido vacío.
La Biblia es en realidad un libro para toda la familia, que comienza con la razón fundamental que Dios tuvo en su mente al crearla:Esto explica por qué el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su esposa, y los dos se convierten en uno solo” (Génesis 2:24 NTV). Siglos después, JESÚS enseñó: “Como ya no son dos sino uno, que nadie separe lo que Dios ha unido” (Mateo 19:6 NTV). ¡Todo matrimonio, todo hogar y toda familia es el milagro de Dios al unir a dos seres distintos en un solo ser! Dos voluntades que sometiéndose a Dios, ¡llegan a ser una sola voluntad! Ese es el primer gran momento de una familia y, ¡hay que celebrarlo! El amarse el uno al otro es algo personal, pero el matrimonio es un proyecto colectivo que beneficia a la sociedad. Por todo esto, el matrimonio bíblico, entre un hombre y una mujer, es siempre una ocasión feliz para resaltar lo que dice la Palabra del salmista:Si el Señor no construye la casa, el trabajo de los constructores es una pérdida de tiempo. Si el Señor no protege la ciudad, protegerla con guardias no sirve para nada. Es inútil que te esfuerces tanto, desde la mañana temprano hasta tarde en la noche, y te preocupes por conseguir alimento; porque Dios da descanso a sus amados” (Salmo 127:1,2 NTV). ¡Ningún esfuerzo humano puede superar lo que el Creador de la familia está dispuesto a hacer y ha hecho desde el principio de la historia de la humanidad¡ El matrimonio o la familia es como una pequeña ciudad, el salmista tiene en mente las ciudades de su época, en que primero se construían los muros para protegerla y mantener fuera a los enemigos, luego, una vez terminados los muros se entregaba al SEÑOR el cuidado de la ciudad, y se colocaban guardias en las cumbres de los muros para evitar la sorpresa de un ataque. Un hombre y una mujer comienzan bien su empresa matrimonial cuando el fundamento del hogar es la obediencia a la Palabra de Dios, y hacen la decisión radical de servirle a Dios como familia, pase lo que pase: “Pero en cuanto a mí y a mi familia, nosotros serviremos al Señor” (Josué 24:15 NTV).
Si vas a comenzar un hogar, y tienes en mente dedicarlo para la gloria de Dios, ¡ese es un hermoso proyecto al cual me uno de todo corazón! Ahora bien, si has tenido un hogar separado de la Palabra de Dios, nunca es tarde cuando hacemos a JESÚS el invitado de honor en nuestro hogar. Pongan a Dios en la prioridad más elevada y Él hará maravillas con ustedes y su familia.

Oración:
Amado Padre Celestial:
Tú diseñaste el matrimonio y la familia para que el ser humano sea feliz. Gracias te doy por mi familia e invoco tu bendición sobre cada familia y hogar en cualquier lugar, ya sea una choza, una cabaña, en las granjas o en las ciudades; haz que en cada hogar se sienta tu presencia e influencia bienechora. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Lo hemos oído, lo hemos predicado, hagamoslo una realidad: La familia que ora unida, permanece unida.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?


viernes, 18 de mayo de 2012

¿Para qué sirve la familia?

Francisco Aular
      
Tu esposa será como una vid fructífera, floreciente en el hogar. Tus hijos serán como vigorosos retoños de olivo alrededor de tu mesa. Salmo 128:3 (NTV)

Edith Schaefer, esposa del afamado filósofo suizo Francis Schaefer, cristianos nacidos de nuevo, en su libro ¿Qué es una familia? Sugiere varias respuestas. Cada uno de ellas forma un capítulo de su libro. La familia es
Un móvil de vida cambiante
Lugar en donde nace la creatividad
Un centro de formación para las relaciones humanas
Un refugio en tiempos de tormenta
Un perpetuo relevo de la verdad
Una puerta con visagras y cerrojos
Un museo de recuerdos.
Todos estaremos de acuerdo en que la familia es la cuna de nacimiento de nuestro temperamento y carácter. Nacemos con un temperamento, pero el carácter es el resultado de las costumbres, actitudes y hábitos que vamos formando en la vida. En la formación del carácter el papel de la familia es invaluable. El temperamento nace, pero el carácter se hace. En la familia, se nos forja el carácter para lograr el propósito de Dios y la autorrealización en nuestras vidas, o lamentablemente, se mutila e inhibe nuestro gran potencial original. De allí, que cuando una sociedad no protege y estimula a la familia para que cumpla con su papel fundamental, sufrirá una pérdida irreparable. ¡Cuánto celebro que las Naciones Unidas hayan dedicado un día del año a la familia! Como dijo, un gran hombre de Dios: “Si la familia está perdida, todo está perdido…".
Hace unos cuántos años, visitando una oficina pastoral, leí el siguiente pensamiento:
“Dinero perdido, nada perdido.
Salud perdidad, algo perdido.
Carácter perdido, todo perdido.”
Esa máxima nos da una idea de la importancia que tiene el carácter y cuán poco vemos lo vemos en estos días difíciles por los que atraviesa el mundo actual.
Volvemos a la pregunta: ¿Para qué sirve la familia? Sencillamente podemos afirmar que en ella se forma el carácter. Me detendré unos segundos más para decirle que la Biblia eleva en grado sumo las bendiciones de una familia que vive bajo el diseño de Dios. En efecto, la familia sirve para enseñar a los hijos el arte de vivir bajo la dirección de Dios; allí conocemos que el ser humano tiene posibilidades infinitas y puede aprovecharlas sanamente, con todas nuestras fuerzas y entusiasmo; allí aprendemos el arte de amar y perdonar porque Dios es amor. Aprendemos a amar a Dios pero también amarnos a nosotros mismos y al prójimo; es en la familia en donde los padres enseñan a sus hijos el deber del consejo divino sobre el trabajo: “…si alguno no quiere trabajar, tampoco coma” (2 Tesalonicenses 2:10b), esto quiere decir, enseñarles a comprender y hacerles sentir que toda nuestra prosperidad y progreso debe ser producto de nuestro esfuerzo propio y nuestra confianza en Dios; hacerles ver que el trabajo no es un castigo de Dios, sino una bendición: “¡Qué feliz es el que teme al Señor, todo el que sigue sus caminos! Gozarás del fruto de tu trabajo; ¡qué feliz y próspero serás!” (Salmo 128:1,2 NTV); es en la familia que el niño aprende y despierta el interés por lo bello, lo puro y lo honesto. Es en la niñez que se nos enseña a interesarnos por las bellas artes: la música, la pintura, la escultura, y a amar la lectura y los libros; en fin, en la familia debemos tener en cuenta que la educación del individuo es un proceso que dura toda la vida, y que, debemos aprender y enseñar por medio del incentivo, el entusiasmo y el ejemplo.
Referente a los valores que se adquieren en el entorno familiar, podemos preguntarnos: ¿Puede haber una institución más esencial y básica para una existencia y la felicidad del ser humano? El salmista, se inspiró en la familia y escribió: Tu esposa será como una vid fructífera, floreciente en el hogar. Tus hijos serán como vigorosos retoños de olivo  alrededor de tu mesa. Salmo 128:3 (NTV)

Oración:
Amado Padre Celestial:
Tú diseñaste el matrimonio y la familia para que el ser humano sea feliz. Gracias te doy por mi familia e invoco tu bendición sobre cada familia y hogar en cualquier lugar, ya sea una choza, una cabaña, en las granjas o en las ciudades; haz que en cada hogar se sienta tu presencia e influencia bienechora. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Lo hemos oído, lo hemos predicado, hagamoslo una realidad: La familia que ora unida, permanece unida.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?


jueves, 17 de mayo de 2012

El retorno a casa

Francisco Aular                                            

Por la fe se radicó como extranjero en la tierra prometida, y habitó en tiendas de campaña con Isaac y Jacob, herederos también de la misma promesa, porque esperaba la ciudad de cimientos sólidos, de la cual Dios es arquitecto y constructor. Hebreos 11:9,10 (NVI)

Cuando los desastres naturales, como los ocurridos recientemente en varios lugares del mundo se llevan miles de vida en segundos, nos damos cuenta de lo frágiles que somos los seres humanos, y también, de la brevedad de la vida. Son efímeras también todas nuestras vanidades con que usualmente nos entretenemos, que nos distraen de la verdad  que solamente estamos de paso. ¡Que el Señor nos dé sabiduría para apropiarnos de la Vida eterna que nos ofrece en JESÚS! (Juan 14:6). De esta manera, comprenderemos que la muerte física no es otra cosa que nuestro retorno a casa, en donde Dios nos espera para ser parte de su familia eterna (Efesios 2:19).
Abraham, aquel hombre que fue llamado el amigo de Dios estaba consciente de que su tránsito por esta tierra era breve, así que no se encariñó mucho con su estadía aquí, sabía que iba de paso. Del mismo pensar era uno de los grandes predicadores de todos los tiempos, el inglés Charles Haddon Spurgeon, quien dijo:”Vivamos aquí como extranjeros y hagamos del mundo no un hogar, sino una posada, en la que comemos y nos alojamos, esperando reanudar nuestro viaje mañana”.
Yo nací en una hacienda de café que pertenecía a mis tíos, rodeado de árboles frutales y de animales domésticos. Nuestro hogar, fabricado por mi papá, estaba situado sobre una colina, detrás de unos árboles de limón, aguacate y naranja. Todavía me acuerdo, cuando 11 años después, en compañía de mi padre, regresé a mi hogar, entonces, él bromista, a la primera corrió hacia nuestra vieja casa, se encerró y luego abrió la puerta mientas me decía, haciendo una venia con su sombrero en mano: “¡Hijo, bienvenido a casa!”.
En el presente, mi mente recuerda otro viaje, el que estoy realizando ahora, al final de mi vida. La única razón para que Dios me trajera a esta vida fue conocerlo a Él y su evangelio,  y he cumplido esa razón. Es un poco difícil para algunos pensar como Abraham –el patriarca llamado también el padre de la fe-, que somos como extranjeros en la tierra prometida, él sabía que le esperaba la ciudad de cimientos sólidos, de la cual Dios es arquitecto y constructor. Pues bien, en cuanto a mí, sé que al final de esta jornada me espera mi Padre Celestial y mi hogar eterno. En mi caso: Estoy ansioso por llegar allá. Algunos de mis antepasados y contemporáneos me están esperando. La luz ya está encendida y sé que el Señor me espera. Me lo imagino así, a sólo segundos de dejar mi cuerpo, Él me recibirá y me dirá las palabras más hermosas que habré oído hasta entonces: “¡Hijo, bienvenido a casa!”

Oración:
Amado Padre Celestial: Ayúdame a comprender cada día esta verdad: Soy un cristiano en construcción hacia lo que debo ser en ti; soy extranjero y voy hacia mi verdadero hogar. Ayúdame a descansar en tus promesas, en el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Un hijo de Dios no pone su mirada en lo que es temporal y se queda aquí; sino que pone su vista en lo que se llevará al hogar que Dios le está preparando como destino eterno.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?




miércoles, 16 de mayo de 2012

La oración del ama de casa

Francisco Aular
faular@hotmail.com
Oren en todo momento. 1 Tesalonicenses 5:17 (TLA)
Recién convertido al Evangelio, tuve la bendición de encontrarme en la congregación con Adonis Rodríguez, un joven de oración. En realidad él me enseñó a orar, porque lo que yo había aprendido era a rezar, es decir, a repetir las oraciones de otros, en forma mecánica en mi caso. Al descubrir lo que en realidad era orar, pasábamos horas orando. En nuestros sueños juveniles sabíamos que la oración era indispensable para llegar a ser hombres de Dios. Porque orar es hablar con Dios, de ser posible todo el día. Entonces, asistimos a una reunión de oración -que aprendí que se llamaba vigilia de oración-, y pasábamos toda la noche orando. Eso estaba bien, pero mi amigo y yo queríamos aprender cómo orar continuamente, como el apóstol Pablo recomendó a sus discípulos de Tesalónica: "Oren en todo momento".
La oportunidad del aprendizaje para orar en todo momento llegó a través de un predicador en una de esas vigilias, cuando en medio de su predicación contó la siguiente ilustración: Un ama de casa, en medio de sus quehaceres cotidianos, nos enseña cómo podemos orar continuamente delante del Padre. Al abrir la puerta: "Te ruego Señor que yo pueda mantener la puerta abierta de mi corazón para que te pueda recibir en todo momento". Al lavar la ropa: "Te confieso Señor que necesito tu limpieza, te pido que laves mi corazón de tal manera que quede blanco como la nieve". Cuando barre la casa: "Te pido Señor que barras de mi vida todo aquello que impida que sea una cristiana madura y firme en mi andar diario". Cuando va a comprar aceite: "Padre, dame la sabiduría, como las vírgenes que tuvieron aceite de repuesto para sus lámparas". Al comprar la leche: "Gracias Señor por tu Palabra, que es mi alimento espiritual de cada día. Que yo la pueda desear como niña recién nacida". Al abrir las llaves del agua: "Te doy gracias Señor porque Tú eres el agua viva que calma mi sed espiritual". Al encender las luces: "Señor Tú eres la luz del mundo, te oro por mis familiares y amigos que no te conocen y vagan en oscuridad espiritual. Permite que tu luz verdadera brille en mi vida y en mis actos, porque los que andan en tu luz no tropiezan. Que sea amable y bondadosa como la lámpara que alumbra a todos". Cuando riega las plantas: "Te ruego Señor que envíes lluvia de gracia a mi vida para tener el buen fruto de tu Espíritu: "Amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas" (Gálatas 5:22,23 TLA). Cuando la familia está a punto de llegar: "Te pido que me ayudes a esperar a mi esposo, como la Iglesia te espera a ti. A esperar a mis hijos con gratitud en mi corazón porque son un regalo a mi hogar mientras me ayudas a prepararlos para Ti, porque vinieron a través de mí, pero son tuyos".
Así aquella noche aprendí a aplicar las verdades bíblicas en oración, utilizando en todo instante las diversas actividades que realizaba como fotógrafo profesional. Pero esa es otra historia que queda para otro día.
Oración:
Amado Padre Celestial:
Te alabo porque tus oídos se inclinan para escuchar mi oración y nunca estás distante a mis ruegos y súplicas. Quiero ser como tu Hijo JESÚS, que vivía en constante comunión contigo, porque orar es una disciplina para mi espíritu, y será imposible crecer espiritualmente sin la oración y tu Palabra. Ayúdame a ver en cada cosa que haga como ser humano un motivo para orar y mantenerme en comunión contigo. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Una vida entregada totalmente a Dios se convierte en una vida llena de oración constante, sin desmayar.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?