lunes, 25 de abril de 2011

Crecer en la gracia

Francisco Aular

En cambio, crezcan en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. ¡A él sea toda la gloria ahora y para siempre! Amén. 2 Pedro 3:18 (NTV)


Cuando yo tendría un año en el Señor -poco a poco crecía en la fe-, me sentía lleno de entusiasmo por las cosas de Dios. Mi pastor, el misionero estadounidense Carlos Clark, y su preciosa familia habían impactado mi vida. También Dios me había preparado a dos amigos para ayudarme a crecer en esos primeros años de mi infancia espiritual, Adonis Rodríguez y Luis Magín Álvarez. Con Adonis, en especial, oraba y soñaba con formar familias que amaran al Señor, y con ellos, ayudar a la extensión del reino de Dios en la tierra. La influencia positiva de nuestro pastor y su preciosa familia se reflejaba en muchos de los asistentes de nuestra Misión Bautista Emanuel. No sabíamos que aquella familia misionera tendría que salir de nuestra iglesia por un año para retornar a su país. Al regreso a Venezuela, no sabíamos si los destinarían de nuevo para estar con nosotros en la iglesia. Todavía recuerdo aquella triste despedida en el aeropuerto, cuando vi el avión de Pan American World Airways, levantar vuelo y perderse entre las nubes. Confieso que al domingo siguiente en la iglesia, lloré casi todo el culto. ¡Cuánta falta me hacía mi pastor y su familia! Pero, mi amado pastor me escribió una tarjeta postal, la cual recibí como un mes después de su despedida, y además de sus palabras, me escribió el versículo que encabeza este devocional: En cambio, crezcan en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. ¡A él sea toda la gloria ahora y para siempre! Amén.
¿Qué es la gracia de Dios? La gracia es el mayor regalo de Dios hacia los pecadores: “Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios.  La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo” (Efesios 2:8,9. NTV) Sí, la gracia es el amor de Dios aplicado a nuestra total indigencia moral. Esa gracia tiene su fuente en Dios mismo y nunca en nosotros. Dios es libre y soberano, y distribuye su gracia como Él quiere y a quien Él quiere. De manera que, nuestro orgullo acostumbrado a no recibir favores de nadie, siempre cree que puede hacer algo para ganarse la salvación, para merecerse ese regalo que Dios otorga. Así, el incrédulo rechaza la gracia, en cambio, el pecador arrepentido la recibe con humildad y gratitud.
¿Qué es crecer en la gracia? A medida que dejo que el Señor inunde mi vida con su río de gracia en abundancia, mi ser va creciendo. El Señor va llenando cada espacio de mi “espíritu, alma y cuerpo”, en la medida en que yo sea dócil a la llenura del Espíritu Santo en mi caminar cotidiano. El apóstol Pedro nos ordena crecer en la gracia, de modo que crecer o no crecer  no es una elección, no es una opción, sino un mandamiento para que podamos ser ejemplo a otros. Como dice el especialista en liderazgo, John Maxwell: “Una persona influye en toda su vida, de manera indirecta o directa, en otros diez mil individuos”. ¿A cuántas personas estamos influenciando positivamente? Sin duda, un cristiano nacido de nuevo en posición de liderazgo, influye mucho más con toda su vida rendida bajo el poder de la gracia de Dios.
El consejo que dio el apóstol Pedro hace dos mil años a todos los cristianos, y que me dio mi amado pastor hace 46 años, también se lo aconsejo a usted: ¡A crecer en la gracia!


Oración:
Padre eterno y lleno de gracia:
Bendito sea tu sagrado nombre. Tu gracia me ha llenado para serte útil en tu reino, y es la única explicación por la cual me llamaste a tu salvación y para ser quien soy y realizar la labor que me has encomendado. Ayúdame a que nunca me olvide que no se trata de mí, sino de ti. En el nombre de JESÚS. Amén.


Perla de hoy:
En las buenas o en las malas, Dios y su gracia están conmigo. No puedo fallar.


Interacción:
¿Qué te dice Dios hoy por medio de su Palabra?
Y en respuesta a ello…
¿Qué le dices tú a Él?

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